Cuando uno ve anunciada una película como ésta, se le abren numerosas expectativas: magnífico reparto, II Guerra Mundial, historia en apariencia prometedora.......Ya se sabe que cuando más se espera más dura es la caída, o al menos la decepción por lo visto. Parece mentira que con tanto talento junto se consiga un filme tan tibio como éste.
El origen es una novela no sé si buena, mala o regular pero que trasladada a la pantalla por Clooney resulta una historia tan falta de pimienta que las dos horas largas de duración transcurren como el que contempla uno de esos partidos de la Liga española, que a los cinco minutos ya se sabe cómo van a ser resueltos. En ningún momento Clooney consigue sumergirnos en la trayectoria de éstos expertos en arte, que luchan por salvar el patrimonio de la humanidad del desastre; sus aventuras y desventuras transcurren de forma tan plácida que a uno hasta le cuesta creer que se encuentren en guerra.
Porque a esta película le falta en definitiva conflicto. Carece de tensión dramática y de situaciones que nos pongan en alerta sobre su desenlace. No hay ni acción, ni intriga ni romance. Sólo un buen acabado formal y espléndidos actores que cumplen con su solvencia habitual, pero que deambulan por la pantalla como almas en pena por sus personajes escasamente desarrollados y con los que resulta complicado empatizar.
Así que Clooney, un director más que correcto en anteriores aventuras tras la cámara, posiblemente le haya faltado un guionista capaz de guiarle por los campos devastados de Europa con una historia digna de mantener nuestra atención. Esperemos que la próxima vez haya más suerte.