Si algo destaca especialmente es esa tensión que a lo largo de la película es cada vez más fuerte y angustiosa, empezando todo por una aparente historia de una muchachita que acompaña a una desagradable mujer; pero que más tarde vemos que poco a poco termina convirtiendose en un siniestro cuento en el que la joven vive obsesionada por el fantasma de Rebeca, esa mujer con la que todos le comparan y que no consigue superar. Maravilloso el personaje de la sirvienta que ama por encima de todo a Rebeca y que asfixia a la protagonista cada vez más, celosa de que sea ella quien ahora ocupe ese puesto.

Me ha parecido realmente el genial el giro de guión en el que Maxim confiesa odiar a Rebeca, y todas las investigaciones que siguen a ese acontecimiento; sobre todo me ha gustado porque si te paras a pensar no hay ninguna razón por la que eso no pueda ser posible, simplemente uno tiende a asociar su actitud obsesiva con las ansias de olvidar de un hombre locamente enamorado. Fantástico también cómo al final sin haber aparecido en toda la película se termina sintiendo a Rebeca, que siempre está presente.