Es extraño. Empecé a ver esta película sin intención quedarme y dos horas después continuaba viéndola y no, no es por la cantidad de desnudos de Elsa Pataky, aunque no me cabe la menor duda de que ayudó muchísimo a la película a nivel comercial.
Garci tiene aceptables guiones (no siempre) que nunca llegan a ser redondos. En este caso, hacia el final de la historia, se vuelve monótono y repetitivo. Pierde la poca fuerza que le quedaba. No es que tuviera una fuerza anormal antes, pero sí la suficiente como para hacer que el espectador no se vaya o cambie de canal.
La puesta en escena, decorados, vestuario, maquillaje, fotografía y música están a la altura de lo que sabe hacer Garci y constituyen un atractivo universo en el que se inserta la historia.
Las interpretaciones no son excelentes, pero sí son defendibles. Elsa Pataky actúa mal, pero la cantidad de desnudos hace que la "perdonemos".
Sobretodo destaca el buen hacer de Miguel González-Sinde a la hora de montar esta historia y que fluya con la suficiente gracia como para que parezca una obra de teatro, que es lo que era originalmente.
No está mal.