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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de MatiasR:
9
Comedia. Drama La película consta de seis episodios que alternan la intriga, la comedia y la violencia. Sus personajes se verán empujados hacia el abismo y hacia el innegable placer de perder el control, cruzando la delgada línea que separa la civilización de la barbarie. (FILMAFFINITY)
21 de enero de 2015
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entré a la sala con un poco de miedo. Casi todas las críticas que había leído de esta película la ponían por las nubes y me preocupaba que no estuviera a la altura de tanto elogio desmesurado. Sin embargo, todas mis preocupaciones eran infundadas. O, cuanto menos, muy exageradas. Salí contento del cine, con la sensación de que “Relatos Salvajes” valió cada peso gastado. Y confieso que hace tiempo que no me pasaba.

“Relatos Salvajes” es, sin dudas, una de las películas del año (pasado). Szifrón ratifica en la “gran pantalla” todos los dotes narrativos que ya había evidenciado en la televisión y lo hace con una historia atrapante, intensa, trágica y extrañamente “graciosa”. La trama se estructura a partir de seis relatos diferentes pero que retratan, denuncian y parodian temáticas parecidas: la bronca cotidiana, la violencia desenfrenada, la venganza, la hipocresía, un sistema burocrático injusto y corrupto, la desigualdad social (otra forma enmascarada de injusticia), etc.

Dentro de las muchas virtudes que tiene la película de Szifrón, se destaca la capacidad que tiene cada historia para atrapar y tensionar al espectador a partir de una situación totalmente cotidiana y aparentemente intrascendente. En todas los relatos (excepto, tal vez, en el de Óscar Martínez) se nota un memorable crescendo en el ritmo de los acontecimientos desde un hecho común hasta el “estallido” de emociones contenidas que da pie a situaciones impredecibles, violentas, ridículas y casi surrealistas.

Otro mérito del director: el “abuso” bien entendido de humor negro en esas situaciones de descontrol. La película “camina” todo el tiempo por ese borde entre lo satírico y lo dramático, lo cómico y lo trágico, dando lugar a varias escenas brillantes (“el veneno vencido ¿hace más o menos efecto?”, o “fílmame esto Néstor”), donde la risa es la respuesta del espectador ante imágenes incómodas y desagradables. Incluso yo me sorprendí por como me reía (junto al resto de la sala) en algunos momentos determinados.

El nivel actoral es sublime. En lo personal, destaco a Rita Cortese, Leonardo Sbaraglia (luciéndose en, posiblemente, la escena más difícil de la película), Óscar Martínez y, principalmente, a Darín y Érica Rivas. Del primero, a esta altura de su carrera, no hay mucho que agregar. Sólo diré que compone, casi con total seguridad, al personaje que más empatía genera de toda la película, ya que transmite, con total convicción, la impotencia y la frustración de una persona “común” en una situación así.

Y luego está Érica. Creo que el personaje fue escrito para ella. Y si me equivoco, entonces afirmó que difícilmente otra actriz habría alcanzado ese nivel de interpretación. Ella ya se había lucido con un personaje parecido en una comedia de televisión. Pero lo que hace en esta película es otra cosa, ya que el papel demanda varias facetas: su ingenuidad inicial, el llanto desconsolado, esa “explosión” de bronca, mezclada con grandes dosis de cinismo, el “veneno” que suelta en cada frase, etc.

Por último, también merece destacarse la brillante banda sonora, la calidad de la fotografía y el buen uso de los (pocos) efectos visuales, que no quedan para nada artificiales. Considero que “Relatos Salvajes” es una película de visión obligatoria. Con una premisa atractiva, imágenes violentas, humor negro y grandes actuaciones, es una de las mejores historias que ha dado el cine argentino en los últimos años. Véanla.
MatiasR
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