En principio al comenzar a ver esta serie dos cosas quedaron bien claras; todo lo expresado en el título de mi crítica se enseña en la serie llevado casi a la máxima expresión y todo ello a través de la violencia y el sexo. Ello puede espantar a más de uno, pero a medida que la serie avanza nos damos cuenta que esta serie también tiene un buen argumento y no sólo es un espectáculo de cuerpos curtidos e historias libidinosas. Los efectos y los movimientos de cámara junto al estupendo reparto hacen que te atrape del todo. Esperemos que Andy Whitifield se recupere de su convalecencia por enfermedad para que nos muestre la continuación de la historia, no siendo sustituido. De momento nos tendremos que conformar con su Precuela, que según dicen esta igual de bien, Spartacus dioses de la arena.