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Voto de Variation74:
4
Drama Drama sobre la Iglesia de la Cienciología. Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman), un intelectual brillante y de fuertes convicciones, crea una organización religiosa que empieza a hacerse popular en Estados Unidos hacia 1952. Freddie Quell (Joaquin Phoenix), un joven vagabundo, se convierte en su mano derecha. Sin embargo, cuando la secta triunfa y consigue atraer a numerosos y fervientes seguidores, a Freddie le surgirán dudas. (FILMAFFINITY) [+]
14 de septiembre de 2012
23 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paul Thomas Anderson es la otra cara de la moneda de Terrence Malick (con cuyo To The Wonder compitió en la Mostra): donde este alcanza la notoriedad entre clamores y abucheos, aquel escala la montaña de la fama respaldado por la prensa y, en mayor o menor medida, el público; los premios de Malick parecen producto de una religión, mientras que los de Anderson se venden como fruto de la sensatez; sin embargo, mientras uno se atrevería con el cielo y el abismo en planos consecutivos e ignora lo que piensen sus actores o nosotros, otro refleja en 70 mm cada una de las formas de las olas del mar y cita a L. Ron Hubbard en rueda de prensa con buena cara, barba de una semana y sus actores a cada lado.

Así empieza, precisamente, The Master: un plano de un agua maravillosamente turquesa agitada por el paso de una embarcación. Es el inicio de un muy buen primer acto entregado a perfilar el personaje de Joaquin Phoenix, cuyo talento es inconmensurable. De su segundo encuentro con Philip Seymour Hoffman (igualmente excelente) nace el clímax de la función, a la postre la escena menos ambiciosa desde un punto de vista técnico: primer plano de uno, contraplano del otro y a tirar de diálogo.

La estupenda banda sonora de Jonny Greenwood lleva nuestros pasos como solución de continuidad ante un desfile de méritos a cargo del reparto y de la fotografía del rumano Mihai Malaimare Jr. que termina resultando desmesurado por su duración y por culpa, precisamente, de un guion que funciona como estudio de personajes pero no como estructura de soporte al servicio de una historia sólida.

Para la gran mayoría de los críticos la riqueza hueca de la segunda mitad no ha supuesto ningún problema. Para el jurado de Venecia, tampoco, pues estuvieron dispuestos a agasajar a Anderson como si de unos Oscar se tratase: Michael Mann y sus jurados quisieron concederle también el León de oro, cosa que las normas de la Mostra prohibieron tras los premios a la pareja protagonista y al director.

Puede que el 69° festival de Venecia pase a la historia por The Master, pero no creo que The Master vaya a formar parte de la historia del cine.
Variation74
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