Alex Garland nos sorprende en esta película, una película de diez. La película nos plantea lo que muchos directores han plasmado durante mucho tiempo, desde Blade Runner, aquellos andrillos perseguidos por un "fallo" en su sistema, el cual les permitía sentir empatía por los seres humanos, lo que producía un gran terror a la pérdida de control de estas máquinas que algún día podrían llegar a tomar el control. En este film rompedor sucede lo mismo, se basa en el test de empatía, un test de empatía realizado por un ser humano tomando como instrumento a otro ser humano, pero las relaciones sentimentales hacen del ser humano una raza inferior a la evolución de la tecnológica, una evolución sin control y terrorífica con un mensaje muy claro.