Durante la primera hora de proyección, no podía contener la respiración en el cine. Estaba absorvido por la historia que veía. Un tema muy tocado últimamente (el de un extraño virus que acaba con la población), pero que se centraba en la soledad de un hombre y la locura que empezaba a invadirle, todo esto mezclado con el misterio de unos extraños seres rondando al acecho y una bonita historia de fidelidad animal.
Pero, sin venir a cuento, se mete en la historia a otros personajes (más detalles en el spoiler).
Además, la historia comienza a nublarse y el guión empieza a bajar puntos. Tras todo esto comienza a surgir la típica moralina cristiana de las pelis yanquis, aderezada con una subhistoria poco creíble, de una mujer brasileña (¿Por qué brasileña?), que se cruza todo el hemisferio sur y parte del norte, para llegar al único refugio que casualmente está en EE UU, y en las montañas.
La obra concluye con un final previsible y con una última chorrada que explico en el spoiler, junto a un final alternativo que considero hubiese sido mucho más acertado.
Apruebo el film de Lawrence, por la primera hora, y porque es justo mencionar cosas interesantes que aporta, como la de contar el origen de todo a través de flashes en sueños del protagonista (Will Smith). Una pena que se eche a perder un interesante argumento y una buena construcción narrativa con una última media hora patética.