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España España · Lleida
Voto de Uma:
2
Drama Un psiquiatra (Kevin Spacey) tiene entre sus pacientes a importantes estrellas de Hollywood. Todo le va bien en el plano profesional, pero tendrá que afrontar una compleja situación personal que puede arruinar su vida. (FILMAFFINITY)
9 de julio de 2012
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Patético fleco de películas ya vistas, las cuáles el que suscribe detesta, con lo que cualquiera puede hacerse una idea de cuánto el que suscribe detesta ésta. El pobre Kevin Spacey, un actor de nivel, se ha quedado encasillado en ese mismo personaje de iluminado autodestructivo antisistema desde el sistema, pasando del sistema, escupiéndole, pero gozando de él como un campeón para todo aquello que le conviene. Edificante modo de criticar un intangible: desde lo intangible. ¡Viva ,lo intangible! Da para películas a paladas.
Un ejemplo más de cine altamente inmoral, aquí además de pobrísima realización y nula emoción, con un guión tan previsible, que cualquier cuento para niños resulta más sorpresivo, con la misma banda sonora supuestamente evocadora de siempre, esa de pitillo, porro o gin tonic, con la ciudad corrupta a los pies, bajo las estrellas. Claro que los que evocan tienen unas piscinas y una vistas para fumarse el porro y tomarse el gin tonic que te cagas.
¿Por qué coño hacen películas con personajes que no deberían estar frustrados ni angustiados, cuando tres cuartas partes del mundo se hunde en la miseria? ¿Cuáles son los problemas que desestabilizan a esta patolea de vividores? No hay ninguna profundidad en este pretencioso alegato de las miserias del primer mundo, solo hay suicidios de guión para justificar todo lo que nos intentan hacer tragar con finísima cubertería.
Ninguno de los personajes de esta película se merece que hagan una película en la que salga él. Ninguna de sus historias, de naif desenlace, merece ser contada. Un ejemplo más del mal camino que el cine de Hollywood está tomando, integrando lo peor del cine indie a un cine comercial sin un solo átomo de contenido ni de originalidad.
Una verdadera orgía de pretenciosidad, victimismo y molesta autocompasión, que solo despierta arcadas en el que suscribe, que tuvo que verla a trozos para evitar el vómito sobre la alfombra del salón.
Lo dicho: patético fleco.
Uma
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