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España España · Lleida
Voto de Uma:
9
Thriller. Intriga Un asesino de niñas tiene atemorizada a toda la ciudad de Berlín. La policía lo busca frenética y desesperadamente, deteniendo a cualquier persona mínimamente sospechosa. Por su parte, los jefes del hampa, furiosos por las redadas que están sufriendo por culpa del asesino, deciden buscarlo ellos mismos. (FILMAFFINITY)
15 de abril de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vuelvo a ver M tras muchos muchos años. Me deja pasmado. Para empezar, me fijo en algo que en mi primera juventud no había observado: la utilización del sonido. Hay pocas películas que hayan trascendido del año 1930 o 1931, porque el cine estaba en proceso de incorporar un nuevo elemento expresivo, el sonido, y fueron años de pruebas que imagino no siempre salía bien. Esta sí. Es fascinante ver películas de esos años, ver qué rápido los creadores empezaron a sacar punta de ese nuevo recurso, qué rápido exprimieron ideas que ya no se han superado. Aquí, Fritz Lang usa el fuera de campo, oímos algo que no vemos. O utiliza el silencio para generar tensión. Utiliza los gritos, el ruido de la calle, un silbido. Por dios, usa un personaje ciego, que solo oye, y su presencia es esencial en la película. Una maravilla. Debieron ser unos años fabulosos para los creadores. En tres años las bases de la utilización artística del sonido en el cine, ya se habían inventado.

La película es soberbia por muchas otras cosas. Técnicamente es un prodigio. Ya me gustaría ver como demonios se hicieron esos travelings a través de las ventanas, colándose por lugares imposibles. Narrativamente lo es más si cabe: expone la tragedia desde un punto de vista alejado del hecho en sí, desde la angustia de una madre. El tiempo, narrado a la perfección; las pequeñeces que amplifican la angustia, una conversación anodina mientras pasan los minutos, una mirada a la calle vacía... La eficacia de recursos como la elipsis o las acciones paralelas, la planificación de las escenas - planos cortos, planos lejanos, reflejos para aumentar el efecto onírico, el deseo incontrolable del asesino - va conduciendo al espectador no solo por el viaje espacial, sino también por el viaje emocional, con muchos personajes implicados, con intereses y premuras confrontados que percuten nítidamente: siempre sabemos qué quieren, qué buscan los personajes, dónde están y a dónde van, que esperan, que les aterra, que les motiva...

Y luego, la radiografía resultante, que nos muestra una sociedad que, casi cien años más tarde, sigue siendo lo mismo, planteándose las mismas cuestiones, con las mismas patologías, los mismos debates enfrentando el orden y el caos. Una película tan amplia, con tantos caracteres encontrados, con un abanico tan generoso de realidades y de conflictos, que solo puede ser filmada por un realizador excepcional, de una madurez mayúscula, que trasciende el tiempo y no envejece.
Uma
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