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España España · Lleida
Voto de Uma:
8
Intriga. Comedia. Drama. Thriller Tanto Gi Taek (Song Kang-ho) como su familia están sin trabajo. Cuando su hijo mayor, Gi Woo (Choi Woo-sik), empieza a dar clases particulares en casa de Park (Lee Seon-gyun), las dos familias, que tienen mucho en común pese a pertenecer a dos mundos totalmente distintos, comienzan una interrelación de resultados imprevisibles. (FILMAFFINITY)
25 de octubre de 2019
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los personajes de "Parásitos" están en la guerra. Desde el primer instante observamos que tienen un antagonista intangible, el que les ha tocado. No lo pueden evitar. No hay nadie malo en esta película, pero las guerras es lo que tienen, sacan lo peor de cada uno, y al final, todos, en algún momento, hacen cosas malas, incluso a su pesar, porque les pesa, porque saben donde está la linea del bien y del mal. Sin embargo son lo que son, y luchan por lo que luchan. No es el destino, es algo mucho más sencillo, tan esencial, que cuesta darle un nombre. Es una cadena de hechos inevitables y previsibles. Lo interesante de esta película, es que nada "cinematográfico", nada "ficticio" tuerce lo que tiene que pasar, y en esa cadena de acontecimientos inexorables, en ese juego delicado y sutil entre lo real y lo verosímil, es capaz de salir exitoso. El secreto no sé muy bien dónde está, es el ingrediente mágico. Supongo que está en el tono, en la distancia, en el punto de vista saltarín que esquiva siempre el exceso de empatía echando mano de una muy precisa selección de escenas y de vínculos. La emoción está en las coreografías, en los conjuntos, en los vínculos observados como un retrato de familia. Se construyen mimetismos tan poderosos, que aplastan al espectador.

El tema de la película es bien sencillo también. Lo vemos cada día a nuestro alrededor. Vivimos un tiempo difícil, donde las barreras sociales son más fuertes que nunca, al tiempo que invisibles. Estamos inmersos en un mundo de ficción, un mundo "verosímil", cuando la realidad es otra mucho más descorazonadora. Lo que nos espera, por pura concatenación de acontecimientos, es para que nos quite el sueño. Hubo un tiempo de esperanza, pero la naturaleza codiciosa de nuestra especie nos lleva a donde nos lleva. Se están cargando las clases medias, están dividiendo el mundo. Y el final que nos espera es el que nos muestra esta película. A nuestro pesar, porque no somos malos. ¿Tendremos que hacer cosas malas?

Los personajes de esta película, nunca tienen tiempo de mirar las cosas bellas que hay a su alrededor. La guerra no les deja. Incluso cuando se besan, tienen la cabeza en otra parte. Por supuesto es una muy buena película, e invita a la reflexión. Sin embargo es como un dolor de muelas, o más precisamente, es como un día rojo, de esos que definió tan bien Truman Capote en "Desayuno en Tiffani's" (y que reprodujo fielmente Blake Edwards en "Desayuno con diamantes"). Recomiendo que cada uno busque su Tiffani's, el lugar en el que uno sienta que nada malo le puede ocurrir, y que lo frecuente mucho. A veces nos olvidamos de hacerlo. Y no es conveniente, ya que vale la pena mirar alrededor y ver las cosas bellas que nos rodean, y hacerlo muy a menudo, ya que el lugar hacia el que vamos no es nada bueno. No es el destino, es a donde nos lleva la secuencia de hechos.

Para acabar, un comentario estrictamente cinematográfico: una mención especial a la secuencia de la inundación. Un tramo de cine arrollador como el agua. Una traslación visual del desastre que viven los personajes, una confirmación de lo que son. Como si hubieran tratado de torcer el cauce de un río, no tiene remedio. Los contrastes en esta parte de la película son tan potentes, son fotos tan elocuentes, que se observan con una profunda mueca de angustia en la cara. Ahí está la intensa emoción de un día rojo.
Uma
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