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España España · Lleida
Voto de Uma:
5
Drama Después de haber pasado algún tiempo en el extranjero, Léa debe regresar inmediatamente a Gerona, donde su abuelo paterno acaba de fallecer. La muerte del patriarca de los Vich i Carbó es la excusa perfecta para forzar la convivencia entre sus descendientes. Los tres días que duran el velatorio y las exequias sirven para mostrar el juego de las apariencias y la hipocresía típico de una familia de la burguesía conservadora, en la que los ... [+]
12 de marzo de 2010
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres días con la familia es posiblemente una de las mejores películas españolas del año (muy por encima de Celda 211, por supuesto), lo cual da una idea del bajo nivel del cine español. La película tiene buenas intenciones, y eso ya es algo, pero se queda corta, Mar Coll no sabe como desarrollar lo que empieza. El planteamiento inicial (una familia se reune para el funeral del abuelo), lo hemos visto ya mil veces, lo cual preocupa al espectador, sentado en su butaca. Sin embargo, a partir de ahí, la película sorprende positivamente, con frescura (esa es una de sus virtudes). En lugar de imitar el cine francés o británico (como suele hacer el cine de este país), se adapta a su contexto, es decir, avanza hacia el retrato de una familia catalana de un modo bastante creíble, estableciendo relaciones acertadas y reconocibles. Hasta aquí, una novedad interesante que es de agradecer. Pero cuando llega la hora de desarrollar este material, la película se extravía. Las intenciones, como he dicho, están, pero no se traducen en buen cine. La trama avanza haciendo equilibrismo entre escenas interesantes, y otras que se pierden. El problema es que no empatizamos con lo que les pasa a los personajes. Su perfil, sus problemas nos llegan por informaciones abruptas, no a través de emociones. Les pasa esto, pues muy bien, tendré que creermelo, no lo he visto, no lo siento, pero si tu lo dices… Mar Coll se preocupa tanto de hacer encajar las piezas del puzle, que se olvida de la foto que está componiendo. Asistimos a escenas dramáticas que nos resbalan, y de vez en cuando, nos sorprende gratamente un detalle costumbrista. Esto último es lo más logrado. El equilibrismo se mantiene hasta el final, pero arrastra ya un decorado de carton piedra cada vez más grande que si no se desmorona, poco le falta (dependerá del espectador, de si se cree más o menos lo que le cuentan, de si se hace más o menos preguntas). Los defectos de un guión pueden ser inocuos si un torrente conduce al espectador. Aquí no es el caso. Nos lleva un riachuelo que a veces apenas lleva caudal.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Uma
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