Se confirma. Villaronga tiene grandes dotes para hacer un cine visualmente potente, pero narrativamente, tiene una perspectiva un tanto abstracta que no termina de encajar con estas historias costumbristas a las que el "momentum" le está empujando. Parece que hay un complot orquestrado por una potente productora y por todo un conglomerado mediático que quiere situarlo como el gran cineasta del ámbito catalanófilo (aunque él es mallorquín) que necesita Cataluña en este momento políticamente convulso. Cataluña tiene estas cosas, necesita un referente en todos los ámbitos. Eso le dará a Villaronga un empuje y una fama considerables, a costa de institucionalizarse, de perder algo por el camino. No es que se le imponga nada, es que un poderoso torrente le conduce por ese derrotero, que por otra parte, resulta muy confortable para él.

Ello tiene importantes consecuencias negativas. En primer lugar respecto al propio Villaronga, a quien se me antoja hastiado ya de toda esta avalancha. Ésta no es una adaptación que debiera haber hecho él. Ya se vio en "Pa Negre". Anda perdido en el estricto corsé de la narrativa convencional. Ésta es una película de encargo, porque se empeñaron en que una gran novela catalana debía adaptarla un gran cineasta del entorno catalán. Pero éste no es su palo, éstas no son sus historias. Y se nota en cada paso del camino. Es una lástima. Tiene un gran talento, pero quieren someterlo para que haga grande una cinematografía raquítica, a la búsqueda de una épica que nadie a sabido encontrar hasta ahora en Cataluña y que el país, por cuestiones políticas, cree que necesita como el aire que respira. Pero realmente en el cine no hace falta otra cosa que hacer arte, y eso es lo que hace grande una cinematografía. La política es muy jodida, para todo, y también para el arte.

El talento de Villaronga está en otras cosas que aparecen sin duda en "Incerta Gloria", en lo visual sobre todo. Eso salva la película. Hay momentos de gran intensidad construidos a partir de la imagen. Pero no es un director de narrativa convencional, por lo que la historia se deshilacha en muchos momentos. Yo creo que Villaronga no es feliz, él quisiera hacer otras historias, más íntimas, más pequeñas, mucho más anárquicas en lo narrativo, con las que, sin duda, en este momento de madurez intelectual, podría hacer obras de gran trascendencia. Como digo, una lástima.

Amigo Villaronga, ahora tienes la sartén por el mango, manda a todo el mundo a paseo y haz tus películas de una puta vez.