Sin haber visto toda la filmografía de Almodóvar, me atrevo a decir que esto (por llamarlo de alguna manera) es de lo peor que ha firmado este genio.

Hay como dos historias que, claro está, al final se entrelazan. Bien, pues una me interesó algo y la otra nada. Ahí ya vamos mal. Encima la que interesó sólo lo hacía a ratos...

Hay originalidad, genialidad, talento, ganas... pero en fin, eso siempre está latente en el cine de Pedro. Luego hace falta echar más carne al asador para crear una receta perfecta.

Bravo por Verónica Forqué, por Rossy de Palma (que se lleva una de las mejores escenas en la historia del manchego. Seguro que ya sabéis cuál) y por Anabel Alonso y Bibiana Fernández, que aunque salen poco y hacen lo mismo de siempre, a mí me gustan.