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Voto de PituxaSkol:
8
Drama Cuatro chicos se citan en un quiosco durante una tarde de lluvia. Uno de ellos tiene que estudiar y los otros tres van al cine, aunque por su corta edad no los dejan entrar. Andrés trabaja de botones en un hotel y sueña con ser torero, "el Chispa" lleva el quiosco de su padre, Carlos es estudiante, y "el Negro" es un muchacho tímido. Son un grupo de amigos que sólo desean divertirse. Sin embargo, la realidad los obliga a enfrentarse con ... [+]
11 de marzo de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la etapa española de Ferreri esta es mi preferida. Este singular y recalcitrante director, al inicio de su carrera, se cruzó con el el mejor guionista del cine español, un Rafael Azcona que en los años 50 trabajaba en la revista La Codorniz y que con Ferreri comenzó también su trabajo para lo cinematográfico. El tandem Ferreri-Azcona crea un universo amplio y complejo en una de las relaciones más intensas del cine europeo (que alguien les haga una peli!). En esos primeros años Ferreri construye con Azcona dos grandes películas de producción española de lo que se llegó a titular como realismo grotesco, un apelativo que tiene mucho que ver con el sentido del humor abigarrado y negro del guionista. Las películas fueron El Pisito de 1958 y El Cochecito de 1960. En medio de estos dos títulos Ferreri echa mano de otro prolífico guionista como es Leonardo Martín para hacer esta joya del realismo patrio: Los chicos. Una obra que muestra la desolación de los años de posguerra y el día a día de cuatro jóvenes de un barrio de clase media alta/baja de 1959 en Madrid: el hoy conocido como barrio de Salamanca.

El filme acompaña a estos amigos mostrando a la perfección la época del momento y sus clases sociales. De los cuatro amigos del barrio, Carlos es el que aparece en un entorno más próspero, despuntando en relaciones sociales de familia bien, con asistenta (que salió fetén porque "trabaja mucho y como poco") y que estudia en el instituto, siempre presionado por el padre. A los otros tres se les muestra en entornos más humildes: Andrés como botones en un hotel lleno de turistas que persiguen a los toreros famosos. El Negro como aprendiz de mecánico en un taller. Y El Chispa trabajando en un quiosco a pie de calle, concesión de la administración a su padre, que es veterano de guerra y debe afrontar una importante operación por problemas de salud. Este quiosco es el que sirve como centro de operaciones de los cuatro chavales, en él fuman, beben, leen tbos y hacen planes para el tiempo libre que tienen.

Alrededor de este puesto callejero y sus tiendas aledañas, es donde se muestra la vida de barrio, con su ristra de personajes de todo tipo. La interelación entre el Chispa y sus clientes nos enseña el variopinto paisanaje de la época, con sus niños pedichones, los caraduras, los discapacitados, los mandados y los currelas que paran a comprar el periodico o una revista. Los define la cabecera del periódico que compran y el trato que les dispensa El Chispa.

La pelicula no tiene un amplio desarrollo argumental, viene a ser como poner la lupa sobre cuatro personajes y seguirlos durante un par de días para saber qué hacen de sus vidas en un espacio temporal muy preciso, lo que permite sacar una fotografía socio coral de un barrio madrileño de posguerra, en donde a unos jóvenes de 16 años no parece presentarseles más que una vida de "ir tirando", que es lo que le dice el padre al Chispa que conseguirá trabajando en el quiosco. La frustación es la tónica general de esa generación. La película parece decirnos que para estos amigos todo está decidido y no podrán hacer con su vida más que seguir un guión ya marcado por su clase social, las decisiones de sus mayores (y el contexto político). Nada está en sus manos. Descabeza un atisbo de esperanza cuando inesperadamente vemos la red de apoyo que parece tenderse entre ellos, o como entre también el grupo de amigas del barrio, nace el inicio de un idilio que revierte los comportamientos embutrecidos.

Destaca,como tema que amalgama la película, además del la desesperanza existencial, la relación entre hombres y mujeres, tanto en el caso de los protagonistas más jóvenes, que tienden a la idealización o se mueven en la ignoracia más absoluta propociada por la falta de educación sentimental, como en la de los adultos más bestializados por la represión sexual franquista (subrayar ese acoso normalizado en el que los hombres hacen un tunel de improperios a cualquier mujer que pasaba cerca), como también el tratamiento hipócrita del deseo del español medio que en público debía ser pacato, incluso clandestino (al revés del que mostraban los guiris) pero que es la pulsión que en el fondo mueve cualquier sociedad sana siempre que no ser reprima. Ese choque de deseo y represión/frustación está presente en este retrato realista de los años 50. La película por pionera e insólita en su tratamiento realista de sociedad, merecería mayor reconocimiento. En su momento fue un fracaso garrafal de taquilla no sólo por lo alejado del gusto general del público si no también por la presión de la censura en echarla abajo.

No quiero cerrar esta crítica sin mencionar el gran trabajo de todo el elenco. Sobre todo el del cuarteto protagonista. Amateur y de altura. Su naturalidad nos hace sentir muy de cerca la realidad descrita. Ninguno de ellos por lo que he visto siguió en la profesión. Tan sólo una jovencísima Ana María Vidal, que forma parte del grupo de chicas, y que se ha convertido en una veterena de la escena teatral, y con importante presencia en el medio televisivo de los años 60 y 70. Aún recientemente mantiene pequeños papeles secundarios en series de tv.

Esta peli es de 8,5. Recomendada para quién disfruta con el buen cine hecho en nuestro país. Tiene un tratamiento de la historia tan fresco y una fotografía en b/N tan genial de Francisco Sempere (Calabuch, El Pisito, Plácido..) que no la han hecho envejecer con el tiempo.
PituxaSkol
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