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Voto de Miguel Moreno:
5
5,6
9.643
Thriller
Nick Cassidy (Sam Worthington), un antiguo agente de policía, se escapa de la cárcel y se dirige al Hotel Roosevelt de Nueva York. Al subirse a la cornisa de uno de los pisos más altos, pone en peligro mucho más que su vida. La ciudad entera está a punto de quedarse paralizada, incluidos ciertos individuos que guardan grandes secretos. (FILMAFFINITY)
28 de abril de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Asger Leth (no conozco nada de su filmografía ni falta que me hace) nos mete de lleno con Al borde del abismo en una vorágine de momentos que no perduran demasiado en el recuerdo, orquestada por un correcto Sam Worthington y un secundario de lujo siempre bienvenido como es Ed Harris.
La premisa es interesante, sin embargo los problemas no tardan en llegar. Dice una crítica especializada que a la media hora ya está deseando uno que el protagonista se tire y tomarnos una cerveza. En cierto modo es cierto. En mi caso, no consiguió atraparme, sobre todo cuando llegan los desvaríos del final.
Y es que la idea era buena. Jugar al despiste como hace Worthington para llevar a cabo su plan maestro le da un excelente resultado, pero no sucede lo mismo con el espectador. La cinta tiene buenos momentos, persecuciones, tensión, algún momento interesante. Pero no hay quien se la crea. Muchos dirán (incluso yo mismo repetidas veces) que el cine no es cuestionable en este aspecto ya que su premisa es divertir, pero el problema de Al borde del abismo es que se toma demasiado en serio a sí misma, y eso la hiere de muerte. Tanto se toma en serio, que uno al final solo quiere reír y olvidarse de ella lo antes posible. No pensemos en sus fallos porque entonces no hay película, parece querer decirnos en voz baja el señor Leth. Amén a eso.
Demasiada puesta en escena para tan poco al final. Los minutos que preceden a la conclusión, donde se quiere dar una carga de adrenalina como traca final, van aflojando hasta que llegan las secuencias absurdas e increíbles que dan al traste con todo lo anterior. Sin duda la película hace aguas por varios sitios y acaba por hundirse. Tírate ya Sam, le darán ganas de gritar a alguno, tírate y subes la audiencia, emulando a Bogart en cierta cinta de culto en la que pedía una canción al famoso pianista. Pero aquí no hay canciones que volver a tocar, solo una nota monocorde durante todo el tiempo. Afortunadamente el tal Leth no se pasa en el metraje, lo cual hubiera sido ya mucho más grave. Todos los tópicos de este tipo de historias están presentes aquí.
Con todo y sin embargo, resulta un entretenimiento pasable para cualquier tarde siempre que se olvide rápido, porque si empieza uno a plantearse muchos momentos del mismo, encontrará que la mayoría de los momentos son absolutamente inverosímiles y de lo simple de su propuesta. Recomendable para el domingo y a otra cosa, amigos.
La premisa es interesante, sin embargo los problemas no tardan en llegar. Dice una crítica especializada que a la media hora ya está deseando uno que el protagonista se tire y tomarnos una cerveza. En cierto modo es cierto. En mi caso, no consiguió atraparme, sobre todo cuando llegan los desvaríos del final.
Y es que la idea era buena. Jugar al despiste como hace Worthington para llevar a cabo su plan maestro le da un excelente resultado, pero no sucede lo mismo con el espectador. La cinta tiene buenos momentos, persecuciones, tensión, algún momento interesante. Pero no hay quien se la crea. Muchos dirán (incluso yo mismo repetidas veces) que el cine no es cuestionable en este aspecto ya que su premisa es divertir, pero el problema de Al borde del abismo es que se toma demasiado en serio a sí misma, y eso la hiere de muerte. Tanto se toma en serio, que uno al final solo quiere reír y olvidarse de ella lo antes posible. No pensemos en sus fallos porque entonces no hay película, parece querer decirnos en voz baja el señor Leth. Amén a eso.
Demasiada puesta en escena para tan poco al final. Los minutos que preceden a la conclusión, donde se quiere dar una carga de adrenalina como traca final, van aflojando hasta que llegan las secuencias absurdas e increíbles que dan al traste con todo lo anterior. Sin duda la película hace aguas por varios sitios y acaba por hundirse. Tírate ya Sam, le darán ganas de gritar a alguno, tírate y subes la audiencia, emulando a Bogart en cierta cinta de culto en la que pedía una canción al famoso pianista. Pero aquí no hay canciones que volver a tocar, solo una nota monocorde durante todo el tiempo. Afortunadamente el tal Leth no se pasa en el metraje, lo cual hubiera sido ya mucho más grave. Todos los tópicos de este tipo de historias están presentes aquí.
Con todo y sin embargo, resulta un entretenimiento pasable para cualquier tarde siempre que se olvide rápido, porque si empieza uno a plantearse muchos momentos del mismo, encontrará que la mayoría de los momentos son absolutamente inverosímiles y de lo simple de su propuesta. Recomendable para el domingo y a otra cosa, amigos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El momento en que Worthington salta del edificio para caer en la lona y posteriormente dirigirse a Harris, es sencillamente terrible. Pero claro, ya sabemos como se las gastan nuestros amigos de Hollywood, tenían que mear fuera del tiesto en algun momento.
El momento en que el amigo Sam empieza a tirar dinero desde la cornisa. Que mejor modo de distraer a la plebe que con el vil metal. Al fin y al cabo por allí se le rinde un excesivo culto al dólar.
Ah, seguramente los royalties que suelta el amigo desde lo alto, al final fueron recogidos en un cazo por el señor Harris, que para evitarle la molestia de pasarse a recoger el cheque, le pagaron de tan funesta manera.
El momento en que el amigo Sam empieza a tirar dinero desde la cornisa. Que mejor modo de distraer a la plebe que con el vil metal. Al fin y al cabo por allí se le rinde un excesivo culto al dólar.
Ah, seguramente los royalties que suelta el amigo desde lo alto, al final fueron recogidos en un cazo por el señor Harris, que para evitarle la molestia de pasarse a recoger el cheque, le pagaron de tan funesta manera.