Eso es precisamente lo que a mi parecer provocan los personajes de esta película. Y es que ni Vaughn, ni James, ni Connelly ni Ryder consiguen que empaticemos con ellos en prácticamente ningún momento. Por no hablar de que se vende como una comedia y en realidad poco tiene que ver. El hecho de que Ron Howard, otrora artífice de grandes producciones cinematográficas, esté detrás de las cámaras tampoco le sienta precisamente bien, resultando una pseudocomedia del montón con un ligero trasfondo sobre valores como la honestidad, la amistad y la sinceridad.
Resulta una historia mil veces vista, con escenas que pretenden ser cómicas y no lo consiguen (el jardín botánico) con unos personajes que no resultan precisamente cercanos. Ni sus vidas, ni lo que hacen resultan atractivo al espectador. Channing Tatum y Queen Latifah pasaron a cobrar el cheque tan rápido como rodaron sus escasas escenas, eso sí.

Sin duda no recomiendo verla en la gran pantalla pues hay otras propuestas mucho mejores. Es más bien de tarde de domingo lluvioso, y todos sabemos que cintas se recopilan a este menester.
La historia es bastante sosa y avanza lenta y a trompicones. Los momentos divertidos son pocos y los protagonistas faltos de personalidad y empatía. Al final todo se resume en un forzado final made in Hollywood que pasa sin pena ni gloria ante nuestros ojos. Definitivamente Howard vale bastante más que para esto, al contrario que Vince Vaughn, que además de haber cogido bastantes kilos, podría hacernos un favor y dedicarse a otra cosa.