La incursión del cine francés en la ciencia ficción futurista de la mano de Julien Leclercq deja un sabor bastante soso en nuestros cinéfilos paladares tras su visionado, por varios motivos que comento a continuación.
Cierto es que tener a Dupontel en el cartel ya atrae, pero no tenemos su mejor interpretación ni de lejos. La historia es una auténtica lástima, y me explico: derrocha la suficiente originalidad como para resultar fresca e innovadora, pero se acaba colapsando por otros diversos factores. La puesta en escena es estupenda, y la recreación de ese futuro aséptico y absolutamente estético es inmejorable, pero la forma atropellada e inconexa de contarnos los hechos unida a un puñado de escenas bastante absurdas y fuera de lugar, como la exhibición de artes marciales por parte de un Dupontel en plena forma física, echan por tierra una idea que seguramente si hubiese sido rodada por los yankis, tendría un mejor acabado. Pero no es así, esto es cine francés, y aunque se agradece la bocanada de aire fresco al género, tantos tropiezos acaban por hacer que perdamos el interés.
Sin duda la estética de la película sorprende y el comienzo es prometedor,al igual que la trama futurista sobre la manipulación de los recuerdos a antojo, pero no tarda el director en intentar meternos en una madeja de escenas inconexas, las partes que están escuetamente desarrolladas merecían mas metraje, y las mas largas por contrario, más brevedad. Así, unas interpretaciónes frías en su conjunto y una historia, repito, que podría haber dado mucho más de sí, se queda en un conjunto bastante vacío donde nosotros nos quedamos con una sensación de "sed no saciada" y la cinta en un maratón donde solo ha corrido los 2 primeros kilómetros: el resto del recorrido es demasiado para completarlo. Y gran parte del motivo se podría explicar diciendo que se intenta emular sin éxito las fórmulas del cine americano que tantos éxitos (y fracasos) han llevado a la taquilla.

Fallido ejercicio del cine francés con un descafeinado Dupontel y una historia bastante mal contada. Eso sí, la estética está espectacularmente plasmada y cuidada. Pero no es suficiente.