Estamos ante una de las sorpresas del cine actual. Se dan en The Wrestler los ingredientes suficientes como para afirmar, para empezar, que Mickey Rourke está de vuelta (y qué vuelta, señores), que Marisa Tomei aún tiene mucho que decir y que Darren Aronofsky es un gran director. Todo esto es analizado a continuación.
Un luchador de wrestling en decadencia, en un mundo que le ha abandonado, donde se gana la vida peleando en rings de tres al cuarto apurando la gloria que un dia fué, conviviendo con una soledad que le corroe hasta el hueso y con la sola compañía de una striper también en horas bajas a la cual visita en ocasiones, tratando por otro lado de conservar la esperanza de reconciliarse con una hija que no quiere saber nada de él. Pero Randy "the Ram" no se da por vencido, no dejará que le cuenten 3 en el ring, es lo mejor que sabe hacer y lo va a demostrar, aunque la vida te aseste a veces mazazos de los que es difícil volver a levantarse.
La puesta en escena es de chapeau, con unos combates estupendamente filmados y un Mickey Rourke que BORDA su papel, que además está en plena forma para la ocasión, y que, no me digáis si por las similitudes con el cauce que tomó su propia vida, da las pinceladas maestras para que notemos en cada plano el sufrimiento, la soledad y el arrepentimiento de su personaje. Intenta llevar con dignidad la figura que un día le puso en lo más alto, sabiendo que poco a poco es un peldaño más abajo en su vida personal. Cuando parece que todo se puede retomar, que está ahí, al alcance de tu mano, que las cosas empiezan a enderezarse, que puedes conseguirlo...otro bandazo de la vida te lo arrebata todo de golpe.

Y así funciona perfectamente esta historia, con momentos de emotividad realmente memorables y frases como "estoy solo y merezco estar solo" que hacen que un escalofrío le recorra a uno de arriba a abajo. Con una Marisa Tomei como una striper que no puede permitirse el lujo de enamorarse, aunque todas las partes de su cuerpo le digan lo contrario.Y con un final espectacular que no desmerece en absoluto el resto del metraje. Mención aparte merece la muestra de cómo funciona el mundo del wrestling, el respeto de los compañeros, la buena onda del vestuario, y por supuesto, toda la música que escucharemos, el mejor rock de los 80.

Lo único que puede achacársele a la cinta es la vuelta al manido tema de "perdedor que fué grande en horas bajas tratando de levantarse", pero en este caso la interpretación de Rourke es tan cuidada que se pasa por alto perfectamente. Mi aplauso personal para Mickey.

Esto es the Wrestler amigos, una cinta que recomiendo encarecidamente por ser, básicamente y para todo el mundo, una verdadera, cruda y emotiva lección de vida.