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Voto de Estrago:
7
8,2
14.600
Cine negro. Drama
Nueva York, año 1934. Christopher Cross es un simple cajero, infelizmente casado, cuya única pasión es la pintura. Una noche conoce a Kitty March, una atractiva buscavidas de la que se enamora y le hace creer que es un pintor de éxito. La chica y su novio Johnny, un tipo sin escrúpulos, aprovechan la ocasión para intentar explotar al pobre hombre, pues creen que sus cuadros valen mucho dinero.
(FILMAFFINITY)
(FILMAFFINITY)
3 de julio de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
De nuevo, como en "M, El vampiro de Düsseldorf" (1931), la culpa y la expiación. Un tímido cajero con pretensiones de artista y de donjuán, una golfa vaga que solo puede amar si la maltratan y un chulo que resulta el verdugo perfecto para ella y la víctima no buscada de aquel.
Perfecta la caracterización de Chris, pero la película en general adolece de los defectos típicos de la época (bofetadas que cantan a la legua, exceso de gestualidad sobre todo en Dan Duryea y un largo etcétera).
Perfecta la caracterización de Chris, pero la película en general adolece de los defectos típicos de la época (bofetadas que cantan a la legua, exceso de gestualidad sobre todo en Dan Duryea y un largo etcétera).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Cada uno de los tres busca sin que les importe por qué ni para qué. Simplemente actúan como marionetas, al margen de cualquier código ético. "Me casé por miedo a estar solo", "¿Qué culpa tengo yo si me enamoro?", "Yo no hice nada". La justicia poética da a cada uno de los tres su dosis de expiación.