Uno está tan tranquilo en su casa, le dá por poner la tele y pasan Asesinos natos de Oliver Stone, uuuuuuuuu, piensa en su inconsciencia, por fin un buen rato sin tener que aguantar cine de arte y ensayo. Pues bien, para empezar salen Woody Harrelson y Juliette Lewis, un par de bluff de mucho cuidado, la cosa no va como esperaba, luego, un continuo centrifugado de imágenes que resulta que dura toda la película y una historia bastante aburrida a pesar de que se intenta dar acción durante todo el metraje. La historia va de un par de novios sanguinarios, muy enamorados eso sí, que se dedican a recorrer la autopista 666 matando todo a su paso donde, más o menos, el guión se puede resumir en folio y medio, a una cara y doble espacio.

No me extraña que Tarantino reniegue de la película, aparte de ser bastante bodrio resulta que le quieren dar un toque "de culto" y, para mi gusto, lo único que consiguen es que salga un escabeche donde hay muy poquito que sacar.