Chris inicia una pugna con su propio destino, que parece burlarse de él al ofrecerle una racha de mala suerte; a veces, en el trascurso de la película se roza la irrealidad, puesto que el padre sufre demasiadas malas casualidades que le impiden seguir en su camino y en su afán por conseguir ser capaz de cuidar a su hijo, y a él mismo; le roban varias veces los trastos que procura vender, ninguno de ellos es comprado por ningún médico; también le echan del motel donde se hospedaba con el pequeño, etc. El agobio es constante, pero dentro de ese despliegue de fastidios, un sueño aparece en su camino.

En un encuentro fortuito con un empleado de bolsa, éste le dice que lo importante para conseguir ese puesto es ser bueno con los números y con la gente, dos características que precisamente Chris posee. Un golpe de suerte va a provocar un vuelvo en su malograda vida. Es justo en ese momento cuando Chris se plantea el conseguir a toda costa la obtención de un puesto de trabajo decente de modo que pudiera liberarse de tus ataduras y hacer feliz a su hijo.
El pequeño es testigo directo de todas las peripecias que realiza su padre con tal de cada noche dormir en un sitio caliente, aunque fuera en un baño del metro a modo de gruta de cavernícolas, (cavernícolas como todos aquellos que pretendían quedarse con el último centavo y la última esperanza de Chris). El chiquillo, incluso pierde a su muñeco predilecto, el Capitán América, en una carrera hacia el autobús que les dirigiría al centro social que les daría una cama, eso sí, en el caso de que llegaran antes de las cinco de la tarde.

La película, como se prevee, tiene un final feliz, ya que Christopher Gardner consigue finalmente su puesto de trabajo en la empresa que nunca imaginó.

Christopher Paul Gardner es, a día de hoy, un multimillonario con recursos que apoya a las condiciones infrahumanas. Detrás de esa buena causa hay una razón: él vivió en primera persona el sufrimiento por no llegar a fin de mes y el miedo a que un hijo tenga que dormir en la calle.

En busca de la felicidad narra la historia de este hombre que paga tan caro los excesos de la sociedad capitalista, que muchas veces parece darle más importancia a los gastos económicos que a los valores humanos. Parece mentira que el dinero pueda borrar la sonrisa de tu rostro y del mismo modo hacerte emocionar al alcanzarlo

" Nunca dejes que nadie te diga que no puedes hacer algo. Ni siquiera yo. Si tienes un sueño, vé a por él. La gente que no lo consiguió te dirá que no lo lograrás, pero si tienes un sueño, persíguelo, y punto. "

Un dato curioso: al final de la película, justo cuando Will Smith le explica a su hijo que el león es el rey de la selva, aparece un hombre alto, esbelto, elegante. Ese hombre, es el verdadero Christopher Paul Gardner.