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Voto de Juan Ignacio :
6
Drama. Comedia Daniel Mantovani, escritor argentino galardonado con el Premio Nobel de Literatura, hace cuarenta años abandonó su pueblo y partió hacia Europa, donde triunfó escribiendo sobre su localidad natal, Salas, y sus personajes. En el pico de su carrera, el alcalde de Salas le invita para nombrarle "Ciudadano Ilustre" del mismo, y Montavani, contra todo pronóstico, decide cancelar su apretada agenda y aceptar la invitación. (FILMAFFINITY)
24 de junio de 2017
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Daniel Mantovani, cinco años después de ganar el Premio Nobel de Literatura, vive en su lujosa residencia de Barcelona sin que desde entonces haya vuelto a escribir. Lleno de compromisos sociales que rechaza (con ese dato junto al contenido del discurso que dio al recoger su galardón en Estocolmo) demuestra ser una persona poco sociable; no obstante decide aceptar la invitación del alcalde de su localidad de nacimiento, una pequeña localidad de la provincia de Buenos Aires, de donde salió a los veinte años y, después de casi cuarenta, a la que no ha vuelto nunca, para pasar allí cuatro días y ser públicamente reconocido por sus paisanos. El recibimiento no será el esperado, ni su estancia tampoco.

Con guion de Andrés Duprat, Mariano Cohn y Gastón Duprat dirigen esta comedia bastante negra, en la que se hace una crítica muy ácida de las relaciones personales, de la cerrazón de unos seres aislados, satisfechos en esa situación, y sin ningún ánimo de cambiar; del poder político, del caciquismo rural y de la cultura como institución.

La dirección es de una sobriedad absoluta la cual se engrana perfectamente con una puesta en escena muy austera, incluso demasiado a mi parecer, que consigue, eso sí, acrecentar el sentido mezquino y cutre de los personajes y el entorno en que se desenvuelven; si bien el exceso de discursos, de moralina, por parte del protagonista, además de molesto, deja ver la dificultad que sienten los directores de expresar de una manera más dinámica (en realidad más cinematográfica y menos literaria) la idea argumental.

El resultado de todo lo anteriormente citado es una historia que resulta exagerada en aquello que denuncia, tanta vileza acumulada, sin ningún elemento que contraste con tanta negritud, degenera en artificio, si bien ése, el de no encender ni una cerilla entre tanta tenebrosidad, es el propósito de los autores de esta película.

Buena interpretación de Óscar Martínez, aunque sin variedad de registros. Destacable también la actuación de Dady Brieva.
Juan Ignacio
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