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Voto de Juan Ignacio :
7
Drama Con las crecidas de primavera, el río Enguri se precipita sobre las tierras bajas de Kolkheti y, antes de lanzar rocas y limo al mar, las acumula aquí y allá en medio del río. En pocos días, incluso de la noche a la mañana, de estos escollos nacen grandes islas, cuyo suelo es rico y fértil. Un anciano de Abjasia y su joven nieta deciden plantar maíz en una de esas islas. Pero los soldados georgianos andan cerca. (FILMAFFINITY)
6 de agosto de 2019
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Al comenzar la película un texto pone al espectador en antecedentes: El río Enguri, que hace frontera natural. de norte a sur, entre Georgia y la autoproclamada República de Abjasia, después de un invierno y comienzo de primavera de fuertes crecidas, deja suficientes sedimentos como para formar islas que los lugareños aprovechan para sembrar maíz (si bien se rodó en una isla creada artificialmente y en un lugar más seguro, en el embalse Tkibuli, en el centro de Georgia). El protagonista de esta historia, del que nunca sabremos su nombre, llega a una de estas islas, comienza a construir una cabaña, que terminará acompañado de su nieta, 13 años, y más tarde los dos sembrarán el maíz para después vigilarlo y finalmente cosecharlo. Mientras tanto lanchas con militares georgianos, abjasios y rusos (el ejército ruso es quien sostiene al gobierno abjasio) pasarán por el lugar. La tranquilidad habitual será rota por la llegada de un soldado georgiano, herido, al que abuelo y nieta esconderán, de unos y otros, y cuidarán.

Película muy sencilla, a pesar de ser una coproducción entre seis países (Georgia, Francia, Alemania, Chequia, Kazajistán y Hungría), que sitúa la acción en 2008 (cuando tras años de tensa calma se intensificaron las escaramuzas entre contendientes) y nos habla del curso de la naturaleza, del trabajo humano, del paso de una niña a adolescente y de un conflicto bélico, más o menos activo, que sigue presente desde 1992.

George Ovashvili, veterano director georgiano, dirige este film del que es coguionista junto a Roelof Jan Minneboo y Nugzar Shataidze. Con escasos diálogos (como curiosidad decir que el actor principal, Ilyas Salman, es turco) y con secuencias sobrias, pero locuaces y muy líricas, se nos muestra de forma pausada, precisa y sin redundancia alguna lo señalado en la sinopsis. Poco sabremos de los personajes, tan solo que los padres de la niña murieron y que está al cuidado de su abuelo, quien a pesar de su parquedad la ama. El descubrimiento propio de la niña de su paso a la adolescencia se expone de forma bella y concisa. El celo del hombre en salvaguardar lo suyo se muestra igualmente de manera inequívoca sin que hagan falta palabras. El devenir de la naturaleza, representada por ese río, tampoco requiere reiteraciones...

Paso a la zona spoiler.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Juan Ignacio
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