La acción transcurre en una pequeña localidad eslovaca en 1942. Durante la II Guerra Mundial Eslovaquia proclamó su independencia , si bien quedó bajo el dominio de Alemania.

Anton Brtko es un hombre tranquilo, vive de su trabajo en su propio taller de carpintería, parece no haberse puesto grandes metas en la vida; le gusta el alcohol y pasear con su perro. No se mete en política aunque queda claro que la de su país, bajo el autoritarismo fascista, no le gusta nada. En su casa trata de vivir a su aire, pero, Evelina, su mujer, le resulta bastante cargante. Para colmo, su cuñado es un cargo administrativo local que él si ha medrado a través del partido, lo que hace que no se hablen..., hasta que una noche, en una cena familiar, el cuñado le hace a Anton un regalo.

Ján Kádar y Elmar Klos, dirigen esta película que habría que encuadrar en el movimiento denominado 'nueva ola checoslovaca' (nacido tras la muerte de Stalin, con lo que el cine del orbe soviético, se libró de la obligación de ser tan patriótico y la censura dejó de ser tan dura), aunque en este caso su tema no era como para temer la censura política. La historia está basada en una obra literaria de Ladilsav Grossman que él mismo terminó convirtiendo en guion, pero de una manera a modo de novela. Al final el propio Grossman y los dos directores lo adaptarían a guion cinematográfico.

Son muchas las películas que ya por 1964, año del rodaje de esta, se habían producido sobre la tragedia del Holocausto, pero la que nos ocupa tiene dos particularidades: La primera, que comienza como si de una comedia costumbrista se tratase, derivando después hacia el terrible designio de los judíos, más otro personal. La segunda particularidad es la lucha interior del protagonista que en él se establece entre el miedo insuperable a lo que llega a ocurrir, y en lo que él se ve inmerso, y su propia conciencia. Esta peculiaridad la hace ser una de las mejores películas que sobre el Holocausto se han hecho como drama, tragedia personal. Tanto el primer tratamiento como el segundo consiguen un conjunto cinematográfico de gran calidad, el horror sufrido por la comunidad judía, el de Anton Brtko al tratar de ayudar a la anciana Rosalía se muestran de maneras diferentes: Manifestando la cínica indiferencia de la población no judía, con sus vecinos de toda la vida que sí lo eran, y con una dirección y montaje extraordinarios el de la tragedia íntima del bonancible carpintero reconvertido por su cuñado en el propietario de la tienda en bancarrota (vaya regalo envenenado que le hizo) para despojar de su propiedad a la mujer judía.

Rodada en Sabinov (noreste de Eslovaquia), en eslovaco casi en su totalidad, destaca, además de por todo lo anterior, por las impresionantes interpretaciones de Josef Kroner como Anton Brtko e Ida Kaminska en el papel de la anciana Rosalía.