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España España · Valladolid
Voto de Marcos B:
7
7,1
31.673
Animación. Comedia. Infantil La moderna metrópoli mamífera de Zootrópolis es una ciudad absolutamente única. Está compuesta de barrios con diferentes hábitats como la lujosa Sahara Square y la gélida Tundratown. Es un crisol donde los animales de cada entorno conviven, un lugar donde no importa lo que seas. De hecho puedes ser cualquier cosa, desde un elefante enorme hasta la musaraña más diminuta. Pero cuando llega la optimista agente Judy Hopps, descubre que ser ... [+]
9 de febrero de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si existe una representación de humanidad en el cine del siglo XXI, no me cabe duda que uno de sus mejores vehículos de expresión nace dentro de la animación infográfica. Mientras se nos bombardea en cartelera, semana tras semana , con demasiadas películas de acción real demasiado huecas, el oasis mana tras esas imágenes de colores, canciones, y situaciones que chirrían con otros lenguajes. Son esos oasis los que cuentan con lecturas profundas, personajes bien desarrollados psicológicamente, y tramas clásicas universales que parecen renovarse una y otra vez.

No es ninguna novedad, que dentro de la animación, se cuenten historias apasionantes; lo que sí es nuevo es que mientras antes se daban la mano distintos tipos de narración, alimentándose en simbiosis unos a otros, ahora tenga la sensación de que caminen por senderos paralelos, trabajando a niveles distintos. Y si toman referencias de un cine anterior, sea el Clásico. El atemporal. El inmortal e indeleble clavado en nuestra mente.

Zootrópolis habla honestamente de los sueños y esperanzas de las personas. De cómo Juddy Hopps, conejita de campo, pretende saltar hacia una utopía. Superarse, e ir más allá creando un precedente en la colorida, y muchas veces turbia gran ciudad. Una ciudad compleja, de hermoso envoltorio pero llena de exclusiones, trabas, y dificultades. Habla de esos solitarios, cómo Nick Wilde, que pese a su valía, no encuentran su lugar dentro de una alienante ciudad. Habla de almas separadas, que necesitan encontrarse, pese a pertenecer a especies aparentemente incompatibles.

Lo mejor y lo peor de nuestros días: conciertos de masas, libertad, mafias, ardides gubernamentales, funcionarios, burocracia... Todo ello tiene lugar dentro de Zootrópolis. Separado en diversas lecturas, dirigidas a distintos tipos de espectadores. Las delicias del público infantil, y la mirada adulta que verá la película con otros ojos; un prodigioso equilibrio que nunca renuncia a entretener con altísimos picos de calidad fílmica. La evolución personal de los animales, más humanos que muchos humanos, se sucede en un cauce emocionante y subyugador. Zorros de alma pura, lobos con piel de cordero. Inquietante antítesis que suena demasiado real. Y mientras muchas películas acción real pecan de maniqueas, la animación aquí es sincera, amplia de miras y sin trampas.

Preciosa partitura de Michael Giacchino, que acompaña a los personajes y sus sentimientos. Que entra cuando tiene que entrar, dando un perfil preciso de lo que se está narrando, sin querer exagerar ni minimizar lo visto. Donde una vez más se demuestra, que un guión sólido, es el bloque principal de cualquier película, y que vernos reflejados en los personajes es tan hermoso y difícil, que cuando se consigue hasta duele.



De nuevo para B. que sabe despertarme las musas sin darse cuenta.
Marcos B
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