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Voto de Dracula en Casablanca:
8
2 de agosto de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de ver " La noche americana " de Truffaut y entra directamente en mi lista de películas en donde la calidad del guion es lo que menos me importa ya que consigue transpasarme a la dicha de los sentidos por su desbordante encanto.
El tono es de apariencia ligera como pudiera ser en " Besos robados " , rodada con una técnica exquisita, pura maestria, fantastico ritmo, delicioso colorido en donde el argumento quiza es lo menos importante ya que el fín es una rotunda declaración de amor al cine plena de vitalidad, colmada de ternura y un humor también ligero pero de una elegancia sublime.
Mención aparte la banda sonora, un solo tema, que cuando hace su aparición siento la belleza traspasando mis oidos.
Curioso ver a Truffaut de nuevo como actor pero en esta ocasión haciendo ni más ni menos que de él mismo dirigiendo la película que hay dentro de la película.
Otra forma de poder hacer grandes films sin que para ello sea obligatorio un prodigio de guión psicológico, intelectual o de emociones en suspense, vamos: Bergmán, Antonioni, Hitchcook. En este caso se trata de Truffaut, gracias Truffaut.
Espectacular Jacqueline Bisset, con ojos y mirada un tanto melancólica que te sumergen, en sus mejores años, se come la cámara y Truffaut se la come... con la cámara, con su innata elegancia de dirección que le pega como estereotipo de frances.
El tono es de apariencia ligera como pudiera ser en " Besos robados " , rodada con una técnica exquisita, pura maestria, fantastico ritmo, delicioso colorido en donde el argumento quiza es lo menos importante ya que el fín es una rotunda declaración de amor al cine plena de vitalidad, colmada de ternura y un humor también ligero pero de una elegancia sublime.
Mención aparte la banda sonora, un solo tema, que cuando hace su aparición siento la belleza traspasando mis oidos.
Curioso ver a Truffaut de nuevo como actor pero en esta ocasión haciendo ni más ni menos que de él mismo dirigiendo la película que hay dentro de la película.
Otra forma de poder hacer grandes films sin que para ello sea obligatorio un prodigio de guión psicológico, intelectual o de emociones en suspense, vamos: Bergmán, Antonioni, Hitchcook. En este caso se trata de Truffaut, gracias Truffaut.
Espectacular Jacqueline Bisset, con ojos y mirada un tanto melancólica que te sumergen, en sus mejores años, se come la cámara y Truffaut se la come... con la cámara, con su innata elegancia de dirección que le pega como estereotipo de frances.