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Voto de Penguin:
2
1937
6,8
84.130
Animación. Fantástico. Musical. Infantil
La malvada madrastra de Blancanieves decide deshacerse de ella porque no puede soportar que la belleza de la joven sea superior a la suya. Sin embargo, Blancanieves consigue salvarse y se refugia en la cabaña de los siete enanitos. A pesar de todo, su cruel madrastra consigue encontrarla y la envenena con una manzana. Pero la princesa no está muerta, sólo dormida, a la espera de que un Príncipe Azul la rescate. (FILMAFFINITY)
24 de mayo de 2016
9 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Sobre el primer largometraje de animación de la Historia:
'Blancanieves y los siete enanitos' tiene el honor de ser la primera película de animación de la Historia, pero no nos llamemos a engaño, porque su mérito incidente en la industria tampoco es excesivo. La Disney fue valiente por incurrir en un género desconocido en el formato del largometraje, sí, pero si no hubieran adaptado el cuento de los Grimm, no habrían tardado en adaptar cualquier otro, pues la inversión en la animación no podía morir en los cortos. Y seamos realistas, el riesgo no era muy elevado, pues era evidente que existía un público MASIVO, como era (y aún es y siempre será, naturalmente) el infantil, huérfano de un cine que lo marcara como target principal. El predecible éxito comercial de esta película sin duda fue determinante para mantener la estrategia y mejorar (por fortuna) las venideras producciones, pero es que cualquier historia cursi con canciones habría conquistado los ojos del público infantil, por el mero hecho de ser LA ÚNICA OFERTA para ese público masivo.
*Sobre el tremendo esfuerzo en realizar esta película:
A falta de que llegara seis décadas después el grafismo por ordenador, la animación se inició de la forma más ineficiente y primaria posible, como no podía ser de otra manera: dibujando a mano un fotograma detrás de otro. Sin ánimo de restar mérito a los resultados (muy destacables, diría), me gustaría recordar algo que creo evidente, como es que el artesano trabaja por dinero, que sale del bolsillo de la Disney, y que el ingente trabajo grupal de esta película sólo se justifica a partir del cartel de superproducción que la ampara. Digo esto porque me parece peligroso (desde un punto de vista artístico, que no financiero) aupar a los altares a las producciones grandes precisamente por serlo, porque de ser así siempre (y sólo) las películas más caras serían las mejores, opinión con la que al menos yo disiento radicalmente. Luego nos quejamos de que 'Titanic' convirtiera en una baza publicitaria su eslogan "La película más cara de la Historia".
*Sobre la sempiterna desidia de los guionistas en el cine orientado al público infantil:
Esta reflexión no es inherente a esta película, pero sí creo que la segunda puede englobarse en la primera. ¿Por qué la mayoría de estas películas se conforma con divertir a los más pequeños y no ambiciona también idear una trama coherente que llame la atención de los adultos? ¿Es inviable la conjunción de ambos públicos en una misma película? Hace dos días vi una popular película animada, con unos peces como protagonistas, en la que un padre se enfrenta al dilema de educar a su hijo frente al miedo de que el mundo le haga daño. Nada más humano que el miedo de un padre a perder a un hijo, y nada como caracterizar de miedos profundamente humanos a esos personajes personificados de cara a empatizar con el público; y nadie va a discutir el éxito comercial de 'Buscando a Nemo', y pocos creerán que no es una película ideal para los niños. ¿Es tan complicado? Desde luego que lo es si uno no va con disposición de rascarse la sesera con el fin de urdir un buen argumento. ¿Acaso es menos necesaria esta mentalidad en el género de animación? ¿Se trata de un género menor? ¿En qué momento el género de animación deja de ser Cine para caer en la mediocridad argumental?
*Sobre la desidia de los guionistas de 'Blancanieves y los siete enanitos':
Enmarcando el punto anterior en la película que nos ocupa, me atrevería a conjeturar que la escasez de ideas argumentales está razonada porque la película ya es un hito desde su misma producción (volvemos sobre "la primera película orientada abiertamente al público infantil"); luego, si todo el mundo va a ir a verla (como así fue), ¿para qué trabajarse una historia mejor? Tampoco esta es una falta del cine clásico, porque cualquier innovación técnica siempre ha venido acompañada por títulos en su mayoría altamente mediocres en sus primeros años, ya fuera con la introducción del cine sonoro, con la introducción del Technicolor o la revolución técnica (para contar lo mismo de siempre) que en el siglo XXI introdujeron, por poner dos ejemplos elementales, 'Avatar' y 'Gravity'.
En la zona spoiler detallaré por qué la película me parece mala (o peor). Me tomo esta molestia por ostentar el honor de ser el primero que escribe una crítica negativa sobre esta cinta aquí, pero me gustaría recalcar que la razón principal que me ha llevado a escribir esta crítica es el desglose anterior, por lo que sugiero a las pobres almas cabreadas que no se molesten por el cachondeo con que escribo en la zona oculta (entre otras cosas porque son meras notas tomadas durante la película que apenas si me he molestado en poner en orden).
'Blancanieves y los siete enanitos' tiene el honor de ser la primera película de animación de la Historia, pero no nos llamemos a engaño, porque su mérito incidente en la industria tampoco es excesivo. La Disney fue valiente por incurrir en un género desconocido en el formato del largometraje, sí, pero si no hubieran adaptado el cuento de los Grimm, no habrían tardado en adaptar cualquier otro, pues la inversión en la animación no podía morir en los cortos. Y seamos realistas, el riesgo no era muy elevado, pues era evidente que existía un público MASIVO, como era (y aún es y siempre será, naturalmente) el infantil, huérfano de un cine que lo marcara como target principal. El predecible éxito comercial de esta película sin duda fue determinante para mantener la estrategia y mejorar (por fortuna) las venideras producciones, pero es que cualquier historia cursi con canciones habría conquistado los ojos del público infantil, por el mero hecho de ser LA ÚNICA OFERTA para ese público masivo.
*Sobre el tremendo esfuerzo en realizar esta película:
A falta de que llegara seis décadas después el grafismo por ordenador, la animación se inició de la forma más ineficiente y primaria posible, como no podía ser de otra manera: dibujando a mano un fotograma detrás de otro. Sin ánimo de restar mérito a los resultados (muy destacables, diría), me gustaría recordar algo que creo evidente, como es que el artesano trabaja por dinero, que sale del bolsillo de la Disney, y que el ingente trabajo grupal de esta película sólo se justifica a partir del cartel de superproducción que la ampara. Digo esto porque me parece peligroso (desde un punto de vista artístico, que no financiero) aupar a los altares a las producciones grandes precisamente por serlo, porque de ser así siempre (y sólo) las películas más caras serían las mejores, opinión con la que al menos yo disiento radicalmente. Luego nos quejamos de que 'Titanic' convirtiera en una baza publicitaria su eslogan "La película más cara de la Historia".
*Sobre la sempiterna desidia de los guionistas en el cine orientado al público infantil:
Esta reflexión no es inherente a esta película, pero sí creo que la segunda puede englobarse en la primera. ¿Por qué la mayoría de estas películas se conforma con divertir a los más pequeños y no ambiciona también idear una trama coherente que llame la atención de los adultos? ¿Es inviable la conjunción de ambos públicos en una misma película? Hace dos días vi una popular película animada, con unos peces como protagonistas, en la que un padre se enfrenta al dilema de educar a su hijo frente al miedo de que el mundo le haga daño. Nada más humano que el miedo de un padre a perder a un hijo, y nada como caracterizar de miedos profundamente humanos a esos personajes personificados de cara a empatizar con el público; y nadie va a discutir el éxito comercial de 'Buscando a Nemo', y pocos creerán que no es una película ideal para los niños. ¿Es tan complicado? Desde luego que lo es si uno no va con disposición de rascarse la sesera con el fin de urdir un buen argumento. ¿Acaso es menos necesaria esta mentalidad en el género de animación? ¿Se trata de un género menor? ¿En qué momento el género de animación deja de ser Cine para caer en la mediocridad argumental?
*Sobre la desidia de los guionistas de 'Blancanieves y los siete enanitos':
Enmarcando el punto anterior en la película que nos ocupa, me atrevería a conjeturar que la escasez de ideas argumentales está razonada porque la película ya es un hito desde su misma producción (volvemos sobre "la primera película orientada abiertamente al público infantil"); luego, si todo el mundo va a ir a verla (como así fue), ¿para qué trabajarse una historia mejor? Tampoco esta es una falta del cine clásico, porque cualquier innovación técnica siempre ha venido acompañada por títulos en su mayoría altamente mediocres en sus primeros años, ya fuera con la introducción del cine sonoro, con la introducción del Technicolor o la revolución técnica (para contar lo mismo de siempre) que en el siglo XXI introdujeron, por poner dos ejemplos elementales, 'Avatar' y 'Gravity'.
En la zona spoiler detallaré por qué la película me parece mala (o peor). Me tomo esta molestia por ostentar el honor de ser el primero que escribe una crítica negativa sobre esta cinta aquí, pero me gustaría recalcar que la razón principal que me ha llevado a escribir esta crítica es el desglose anterior, por lo que sugiero a las pobres almas cabreadas que no se molesten por el cachondeo con que escribo en la zona oculta (entre otras cosas porque son meras notas tomadas durante la película que apenas si me he molestado en poner en orden).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La película empieza bien. La tía le está cantando a un pozo que convertirá sus deseos en realidad que quiere que aparezca su príncipe azul para llevársela en volandas. Y aparece por encima de un muro un tío a caballo al que presuponemos príncipe, y pa qué más. Va el mozo y le confiesa (entre ridículos cantos, para no quedarse atrás) su incondicional amor, pero ella ahora se hace la estrecha, y “uy que descarado este caballero, váyase usté a su casa y no vuelva hasta que necesite yo el primer beso de amor; ya le llamaré”.
Me hastían hasta la enormidad los embrollos de habla de Sabio/Doc en V.O. (desconozco si se mantienen en su doblaje al castellano). Me recuerdan a la insulsa torpeza de Sellers en 'La pantera rosa', que la vi ayer mismo, pero extensible a su papel en 'El guateque' y sospecho que a la propia figura del actor.
¿Quién mide aquí las proporciones? Casi diez minutos ha durado la escena en que los enanitos creen que en su casa ha entrado un monstruo, dragón o alguna clase de vil ente en una película de 80 minutos.
Me sobran unos cuantos momentos musicales. Me encanta el Aiho, naturalmente, que hasta se me queda corto.
Que digo yo que qué sentido tendrá para la reina convertirse en bruja fea, a riesgo de que la transformación inversa salga mal, para asegurarse personalmente de que Blancanieves muerde la manzana, en vez de enviar a alguna persona de confianza (no como el inútil del guardabosques), evitando así también el ulterior riesgo de enfrentarse por sí misma a tan aparentemente temible horda de enanos; poderes tiene para envenenar una manzana (que ya ves tú), pero no para tirar a unos enanitos colina abajo. Más irrisorio aún es plantearse la pregunta de, si en la mano de la reina está alterar su físico a su antojo, ¿por qué no hacerse mágicamente más guapa que Blancanieves y a correr? Digo yo, vamos.
Y la película acaba con dos deus ex machina que ríete tú del de E.T., a saber el de la bruja cayéndose por el barranco ¡¡¡porque un rayo rompe la piedra!!! y el del príncipe azul (con los labios pintados de rojo, cual metrosexual de Sálvame Deluxe) que aparece de la nada a besar a la sospechada muerta (que bien hacía la bruja en no preocuparse de que los enanitos no fueran a querer enterrarla, pero es que la pobre mujer no contaba con los happy end’s de Hollywood).
Un último apunte, sin ánimo de pasarme de tocapelotas. Toda la vida Disney nos ha estado vendiendo princesas monísimas, perfectas ellas, no siendo Blancanieves menos en estas lides, hasta el punto de que no poco se le ha criticado por crear unos cánones de belleza a los que supuestamente toda mujer debería aspirar. Ahora bien, cuando aparece una tía que lo único que ambiciona en la vida es ser más bella que todas las demás, se la vilipendia y se la transforma en villana. ¿No es una contradicción intrínseca a la filosofía Disney?
Me hastían hasta la enormidad los embrollos de habla de Sabio/Doc en V.O. (desconozco si se mantienen en su doblaje al castellano). Me recuerdan a la insulsa torpeza de Sellers en 'La pantera rosa', que la vi ayer mismo, pero extensible a su papel en 'El guateque' y sospecho que a la propia figura del actor.
¿Quién mide aquí las proporciones? Casi diez minutos ha durado la escena en que los enanitos creen que en su casa ha entrado un monstruo, dragón o alguna clase de vil ente en una película de 80 minutos.
Me sobran unos cuantos momentos musicales. Me encanta el Aiho, naturalmente, que hasta se me queda corto.
Que digo yo que qué sentido tendrá para la reina convertirse en bruja fea, a riesgo de que la transformación inversa salga mal, para asegurarse personalmente de que Blancanieves muerde la manzana, en vez de enviar a alguna persona de confianza (no como el inútil del guardabosques), evitando así también el ulterior riesgo de enfrentarse por sí misma a tan aparentemente temible horda de enanos; poderes tiene para envenenar una manzana (que ya ves tú), pero no para tirar a unos enanitos colina abajo. Más irrisorio aún es plantearse la pregunta de, si en la mano de la reina está alterar su físico a su antojo, ¿por qué no hacerse mágicamente más guapa que Blancanieves y a correr? Digo yo, vamos.
Y la película acaba con dos deus ex machina que ríete tú del de E.T., a saber el de la bruja cayéndose por el barranco ¡¡¡porque un rayo rompe la piedra!!! y el del príncipe azul (con los labios pintados de rojo, cual metrosexual de Sálvame Deluxe) que aparece de la nada a besar a la sospechada muerta (que bien hacía la bruja en no preocuparse de que los enanitos no fueran a querer enterrarla, pero es que la pobre mujer no contaba con los happy end’s de Hollywood).
Un último apunte, sin ánimo de pasarme de tocapelotas. Toda la vida Disney nos ha estado vendiendo princesas monísimas, perfectas ellas, no siendo Blancanieves menos en estas lides, hasta el punto de que no poco se le ha criticado por crear unos cánones de belleza a los que supuestamente toda mujer debería aspirar. Ahora bien, cuando aparece una tía que lo único que ambiciona en la vida es ser más bella que todas las demás, se la vilipendia y se la transforma en villana. ¿No es una contradicción intrínseca a la filosofía Disney?