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Voto de joseilo:
8
1999
Aaron Sorkin (Creador), Alex Graves ...
7,0
13.089
Serie de TV. Drama
Serie de TV (1999-2006). 7 Temporadas. 155 Episodios. El Presidente de los Estados Unidos de América, el demócrata Josiahv 'Jed' Bartlet (Martin Sheen), gobierna la nación más poderosa del mundo intentando hacer siempre lo mejor para el país y sus ciudadanos, enfrentándose cada día a importantes decisiones que a menudo afectan al mundo entero. La acción se desarrolla dentro de la Casa Blanca y muestra los entresijos del febril trabajo ... [+]
13 de enero de 2010
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La naturaleza coral de "El Ala Oeste de la Casa Blanca" es una gran virtud. Pero no nos engañemos, nada sería lo mismo si no se adivinara la ascendencia de Martin Sheen, su espíritu omnisciente que impregna a todo su gabinete, a todos los hombres del presidente. El primer capítulo de la serie es paradigmático: Sheen no aparece en pantalla hasta los últimos minutos, acaba de sufrir un ridículo accidente de bicicleta y aún así se atisba su personalidad, su grandeza de hombre entero. Cuando aparece y actúa ya no nos quedan dudas: queremos a este presidente.
He aquí Jed Bartlet, el líder de la superpotencia que debe lidiar con el fin de la historia (debería darte vergüenza, Fukuyama) tras el muro de Berlín, que debe gobernar a una América "ensimismada en sus Biblias, sus pistolas y sus centros comerciales" (la frase es de Enric González) y, por extensión, nos guste más o menos, a todo aquello que se conocía como el mundo libre.
Bartlet: católico, liberal (en el sentido que se le da allí a la palabra), íntegro, capaz. Premio Nobel de economía, nada menos. Quizás demasiado idealizado si lo pintamos así a alguien que no haya visto la serie, pero humano, humanísimo en su desarrollo.
A su lado, la gente que querríamos que dirigiera nuestro país, más allá de ideologías: gente inteligente, honrada. Personas entusiastas en sus convicciones. Leo McGarry, jefe de gabinete: autoritario pero leal, la mano derecha de Bartlet. Toby Ziegler, director de comunicaciones: brillante, cínico, demoledor en sus argumentos. Y Sam Seaborn, Josh Lymann, C.J. Cregg, y los roles menores. ¿Son demasiado buenos? Seguramente. Pero se lo perdonamos porque aun siéndolo son creíbles, complejos, reales. Y se lo perdonamos porque los guiones son brillantes, porque la dirección es magnífica, porque las actuaciones están perfectas.
Se lo perdonamos porque, en definitiva, la serie es una puta maravilla.
He aquí Jed Bartlet, el líder de la superpotencia que debe lidiar con el fin de la historia (debería darte vergüenza, Fukuyama) tras el muro de Berlín, que debe gobernar a una América "ensimismada en sus Biblias, sus pistolas y sus centros comerciales" (la frase es de Enric González) y, por extensión, nos guste más o menos, a todo aquello que se conocía como el mundo libre.
Bartlet: católico, liberal (en el sentido que se le da allí a la palabra), íntegro, capaz. Premio Nobel de economía, nada menos. Quizás demasiado idealizado si lo pintamos así a alguien que no haya visto la serie, pero humano, humanísimo en su desarrollo.
A su lado, la gente que querríamos que dirigiera nuestro país, más allá de ideologías: gente inteligente, honrada. Personas entusiastas en sus convicciones. Leo McGarry, jefe de gabinete: autoritario pero leal, la mano derecha de Bartlet. Toby Ziegler, director de comunicaciones: brillante, cínico, demoledor en sus argumentos. Y Sam Seaborn, Josh Lymann, C.J. Cregg, y los roles menores. ¿Son demasiado buenos? Seguramente. Pero se lo perdonamos porque aun siéndolo son creíbles, complejos, reales. Y se lo perdonamos porque los guiones son brillantes, porque la dirección es magnífica, porque las actuaciones están perfectas.
Se lo perdonamos porque, en definitiva, la serie es una puta maravilla.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
"Dos Catedrales"
Dolores Landingham, secretaria y amiga del presidente, acaba de morir en un accidente de tráfico. Bartlet acaba de revelar que sufre esclerosis múltiple: los sondeos señalan que la gente ha perdido la confianza en él. Después del funeral, Jed Bartlet, Martin Sheen en todo su esplendor, le pide a sus ayudantes que le dejen sólo en la catedral.
"You're a son of a bitch, you know that?"
Bartlet maldice a un dios que no merece más el calificativo de justo, de piadoso, de sabio. Un hombre ante el sinsentido del sufrimiento, del dolor, dolido porque a los justos, como él, les ocurran desgracias inmerecidas. Furioso ante la impotencia del ser humano, aunque sea el más poderoso del mundo.
"Cruciatus in crucem. Eas in crucem"
El latín, vínculo ancestral con dios, para maldecirlo.
Bartlet se vuelve, apaga un cigarro en el suelo de la catedral y camina hacia la puerta.
Dolores Landingham, secretaria y amiga del presidente, acaba de morir en un accidente de tráfico. Bartlet acaba de revelar que sufre esclerosis múltiple: los sondeos señalan que la gente ha perdido la confianza en él. Después del funeral, Jed Bartlet, Martin Sheen en todo su esplendor, le pide a sus ayudantes que le dejen sólo en la catedral.
"You're a son of a bitch, you know that?"
Bartlet maldice a un dios que no merece más el calificativo de justo, de piadoso, de sabio. Un hombre ante el sinsentido del sufrimiento, del dolor, dolido porque a los justos, como él, les ocurran desgracias inmerecidas. Furioso ante la impotencia del ser humano, aunque sea el más poderoso del mundo.
"Cruciatus in crucem. Eas in crucem"
El latín, vínculo ancestral con dios, para maldecirlo.
Bartlet se vuelve, apaga un cigarro en el suelo de la catedral y camina hacia la puerta.