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Voto de gombrowicz:
10
Serie de TV. Drama Serie de TV (2010-2013). 4 temporadas. 36 episodios. Crónica de la vida de un grupo de personas de Nueva Orleáns afectadas por el paso del huracán Katrina, que en agosto de 2005 devastó la costa de Louisiana. Treme es el nombre de un barrio bohemio de la ciudad, en el que viven numerosos músicos y que sirve de escenario a esta historia. (FILMAFFINITY)
15 de abril de 2020
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Haz el favor, organízame un poco este caos en que consiste mi existencia, le dice la Vida al Arte; ya sabes que nunca fue asunto mío el orden de las cosas. Arte, distribuye las emociones con mesura. Cuida que la tristeza y la alegría bailen alternando con un poco de sentido de la medida; nadie aguanta un concierto de treinta baladas tristes sin la esperanza de que aparecerá de pronto exultante la alegría. Tampoco se aguanta lo contrario. O se aguanta, pero cansa. Nadie baila todo el día. Perdona, estoy metiéndome en el terreno de la forma de narrar del Arte, que no es asunto mío, de la Vida. Lo que yo he hecho con la Naturaleza y con la vida, ya sabes, esa maravilla tan heterogénea, tan hermosa, tan variopinta, hazlo Tú en lo que corresponde a lo humano. Arte: observa curioso las historias que encierran cada una de las vidas cotidianas, por más simples que parezcan; las tragedias, los momentos felices, los acontecimientos luctuosos, las grandes hazañas y las grandes pifias de los hombres. Dibuja la maldad y la bondad, y ya sabes lo confusa que es su frontera, y cómo una contiene casi siempre a la otra. Observa la inteligencia y la mediocridad. La sabiduría y el embotamiento humano. La justicia y la injusticia; también te costará a veces delimitarlas. Indaga en cómo intentan explicar los hombres lo explicable y lo inexplicable. Pero ya sabes, mide bien cómo cuentas tanto material como yo, la Vida, contengo en estado informe, desordenado, caótico, y hazlo inteligible. Y además de inteligible, hazlo hermoso. Busca la forma de hacerlo, pero no trates de copiarme literalmente, es inútil. Narrarme, narrar la Vida, no es posible si me pones una cámara delante y esperas. Ya sabes, todo sale infinitamente largo y no se le encuentra sentido a tanta acumulación. Yo no dispongo de montajes. Yo me manifiesto en bruto. Saber contarme es y será siempre la misión del Arte. Pero tampoco me distorsiones si tu objetivo es inmortalizar tu obra, engrandecer tu sello de autor buscando ser Tú grande. Olvídate de tu Yo para contarme, si no con veracidad total, sí con verosimilitud.
Insisto, yo, la Vida, lo soy todo, pero tú, el Arte, tienes una enorme responsabilidad para que los hombres entiendan cómo soy. No mientas. No solo que no digas lo que no es, sino que sepas que más peligrosas aún son las mentiras que nacen de inventar ilusiones artificiosas, que edulcoran, que buscan las lágrimas y las risas del lado sensiblero del espectador. No envíes muertes a que acudan calculando cómo provocar lágrimas, porque también es mentira su puntualidad y su cálculo. No cantes alegrías triviales y engañosas. Y si lo haces, que los hombres entiendan el juego vacuo de las risas banales y embotadas. Ten intuición para no exagerar las emociones fuertes. Y para dejar que la trivialidad sea la que es, porque existe, pero no la adornes o falsees buscando disimularla, debes afrontar también la estupidez y la mezquindad. No ilumines los corazones con acordes lacrimógenos de amor y amistad; y si te sientes tentado de contar eso, no dejes de mirar al grupo de hombres que, apoyados en una esquina frente a dos enamorados, están charlando mientras pasa la policía, y sé capaz de consignar esas coincidencias absurdas en el tiempo y el espacio, porque si sabes hacerlo bien, extraerás un desconcertante destello de belleza en ese contraste que lleva a veces lo azaroso.
Y si una ciudad entera sucumbe a un huracán y desaparece, estate muy atento, a ver cómo se reconstruye. Ve allí, entra en cada en casa ruinosa, habla con sus habitantes, rebusca en cada rincón, música a música, vida a vida y muerte a muerte. Sin prisa. No busques giros brillantes y anticuados de guión. Incluso te diría, aunque no es mi terreno, que abandones la necesidad del planteamiento, nudo y desenlace. Haz que la nueva vida real que vas a contar sobre la reconstrucción de Nueva Orleans tras el Katrina, lleve la grandeza en su humildad, y que así se mantenga viva en la memoria de todos los hombres. En la de los que vivieron el huracán, en la de los que murieron en él, también en la de aquellos que ni siquiera oirán nunca hablar del huracán Katrina.
El Arte lleva mucho tiempo queriendo parecerse al máximo a la vida. Esta es en definitiva toda la historia del Arte. Con los siglos, el Arte ha aprendido mucho. Pero más aún le falta por aprender. Este tipo, David Simon, está llamado a ser uno de los grandes para contar la Vida. Habla con él, y que se ponga a tu servicio. Y tú al servicio de él. Dale un abrazo de mi parte, de parte de la Vida. Y dile que le reconozco como un representante del Arte verdadero porque creo que sabe contarme como nadie. Quizá uno de los más grandes que he conocido.
gombrowicz
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