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España España · Madrid
Voto de blasort:
9
Bélico Coproducción Surcoreana y estadounidense sobre la II Guerra Mundial, en concreto sobre la invasion de Normandía. (FILMAFFINITY)
12 de octubre de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este melodrama de la Segunda Guerra Mundial nos muestra, unas veces, un cuento de hadas, y otras, un vertiginoso y violento drama sobre dos corredores de maratón rivales atrapados por un destino donde las agallas y la resistencia física son protagonistas.

El escritor y director Kang es bien conocido en su país natal, Corea del Sur, por sus dos películas anteriores, la épica de la Guerra de Corea "Tae Guk Gi: La Hermandad de la Guerra" de 2004 (una de las películas locales con mayor recaudación hasta la fecha) y el romance de espías norte-sur de 1999, "Shiri" . Seguramente, la predicación del cineasta y la narrativa altamente nacionalista deben tener cierta influencia en los fanáticos domésticos, porque de otro modo es difícil justificar las audiencias de unas películas (las tres - esta también) demasiado extensas, vehementes y exageradas.

Reconozco que decidí ver este film porque "Tae Guk Gi: La Hermandad de la Guerra", que yo vi titulado como "Lazos de guerra, me gustó. Y se nota la mano del director. En las escenas, en el guion, en los altibajos, en el desenlace ...

La película comienza presentándonos a los personajes principales, el chico bonito japonés, Tatsuo, y el chico local, Jun-shik. Y enseguida el guion (coescrito por Kang, Byung-in y Na hyun ) los coloca inmediatamente en lados opuestos de la ocupación de Corea por parte de Japón, que comenzó oficialmente en 1910 y continuó hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Tanto Tatsuo como Jun-shik son corredores talentosos de larga distancia, y durante todo el rato subyace la idea de hasta qué punto su competitividad está menos alimentada por la rivalidad personal que por el conflicto en el se hayan inmersas sus dos patrias.

Pero por si el espectador tuviera claro que se halla ante una película de deportes, Kang se pasa las siguientes dos horas literalmente metiéndoles la cabeza a los personajes en todo tipo de artillería pesada, por no mencionar un montón de palos, peleas, espadas y culatazos de rifles. Después de que ambos fueran tomados prisioneros por los soviéticos, su odio y desconfianza mutuos se convierten en una violencia que solo es detenida por el continuo horror de la guerra. Obligados a luchar juntos, los dos eventualmente dependen el uno del otro. Como dos soldados en guerra que son, ambos maratonianos se encuentran atrapados en el campo de batalla. Primero en Mongolia luchando contra China, luego en Siberia contra los alemanes y finalmente en la playa de Omaha durante la invasión aliada de Normandía contra los Aliados. Por muy descabellado que parezca el guion, la sangrienta vendetta del dúo permanece visible durante la larga guerra mientras son golpeados, disparados y volados hasta la sociedad.

Por último y para mojarme en lo de la crítica, decir que a mi me gustó. Y así lo he reflejado en la nota que le he dado en FilmAffinity. Tan solo una pega (para nada desdeñable): los diálogos. Se muestran insulsos, vacíos de contenido. Incluso, absolutamente prescindibles.

Pero la cinta es digna de ver. Eso sí, acudan a verla habiendo hecho el propósito de reservar en su agenda 137 minutos de su vida porque si no, se les va a hacer eterna.
blasort
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