Estamos ante una película cuya historia no es nada revolucionaria, pero tratada con una sensibilidad que merece ser vista. Una de esas películas en las que en ocasiones los diálogos sobran y los pequeños gestos, miradas y silencios lo dicen todo.
Son estos detalles los que irán marcando el ritmo de la historia, la de una adolescente a punto de comenzar la secundaria que tras un terrible suceso se convierte en la "impopular" del instituto, guardándose dentro todo el dolor y sufrimiento de aquel acontecimiento que la marcó y que no es capaz de compartir con nadie.
El punto de partida es un nuevo profesor de arte que la ayudará a sacar todo lo que tiene dentro, lo demás, tendréis que buscarlo en la película.

Funciona bien, no es excesivamente larga por lo que no te da tiempo a aburrirte, y sobre todo muy natural. Buen reparto, que cumple estupendamente con su papel.

Mención especial a una jovencísima Kristen Stewart, con apenas 14 años entonces, y porque en un futuro pueda ser reconocida por los buenos papeles que hace en sus películas y no como Bella Swan o peor, simplemente “la chica de Crepúsculo”.