Daniel Craig recién salido de James Bond en su mejor versión, humano y cercano al mejor Kirk Douglas, y Rooney Mara, convertida en fantasía adolescente cyberpunk technogotica, unen fuerzas para dar a Hollywood lo que Hollywood necesitas: la adaptación del best seller de la clase media internacional (europea, anglosajona, cool) sobre un periodista y una hacker atrapando a un maltratador en una trama económica.

Nada de eso importa, pero hay que admitirlo: hay algo rematadamente bello en esta versión hollywoodiense, ya sea la atención por el detalle (que desplaza el interés en el misterio por el interés en resolver el misterio) que es genuinamente fincheriana, en su versión menos pedante y adolescente.

Si uno acepta los peajes, en este caso una estilizada violación que parece una fantasía softcore y no una escena tremebunda (con su posterior venganza "placentera"), el film es, parece ser, lo mejor que puede hacer un Fincher ya cansado y sin interés.