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Voto de BruceDKWayne:
7
Drama En 1865, mientras la Guerra Civil Americana se acerca a su fin, el presidente Abraham Lincoln propone una enmienda que prohíba la esclavitud en los Estados Unidos. Sin embargo esto plantea un gran dilema: si la paz llega antes de que se apruebe la enmienda, el Sur tendrá poder para rechazarla y mantener la esclavitud; si la paz llega después, decenas de miles de personas seguirán muriendo en el frente. En una carrera contrarreloj para ... [+]
1 de marzo de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esto del cine, aunque parezca lo contrario, hay muchos tipos de cine y cada día es más difícil diferenciar o separarse de un grupo o de otro. Hay películas de género, de cine de autor también o tipos de cine, como el negro o el gore. Pero hay un pequeño grupo de películas, con muy pocos ejemplos, que son películas hechas para disfrutar al actor que las protagonice en su máximo apogeo, y no para disfrutar la película en sí. "Lincoln" es uno de estos escasos trabajos.

Un biopic sobre el que probablemente la nación americana tenga como uno de los mejores presidentes de los Estados Unidos de toda la historia y sobre un personaje que todo el mundo, sin excepción, conoce y cerciora como uno de los hombres más importantes de todos los tiempos, dirigido además por Steven Spielberg, un director cuyo nombre ya te hace levantar la mirada al ser pronunciado, y caracterizado por Daniel Day-Lewis, del que ahora es mejor no hablar por el hecho de currarse la crítica, que es lo que estoy intentando hacer, tiene todo los visos para ser una obra maestra y una película de culto que cale hondo en la historia del séptimo arte y sea revisionada una y otra vez sin ningún tipo de aborrecimiento o pasotismo. Eso es lo que parece a simple vista.

Pero en el fondo no es nada de eso. No es un obra maestra, pero sí una buena película. No es un film de culto, pero sí que asomará la cabeza en un futuro cuando se eche un vistazo atrás en el tiempo o cuando se haga memoria. Y tampoco aburrirá o se aborrecerá sus constantes revisionados, pero tampoco será una de nuestras primeras opciones cuando se nos antoje rememorar buenas películas y refrescar nuestro recuerdo de ella. "Lincoln" es un excelente trabajo de documentación y de historia, con muchísimo contenido cultural y social americano (Aviso para navegantes; el que sepa poco de historia y cultura americana se perderá mucho, pero mucho mucho). La Guerra de Secesión, la Decimotercera Enmienda o la abolición de la esclavitud son temas tratados durante todo el metraje con un conocimiento matemático que se podría calificar hasta de testimonial (parece que Spielberg vivió aquello de primera mano).

Es un flujo constante de jerarquía del presidente Lincoln, un intento constante de búsqueda de la libertad de los oprimidos, de la colaboración del grupo opositor y por ende, de la unidad entre partidos, y una magnífica recreación de la América del siglo XIX. La escena de la votación, quizá el punto donde la película despegue del todo para llevarse al espectador convencido del todo o lo deje por imposible en el sillón, es pura magia, pura intriga y auténtico suspense. Spielberg rueda los planos en tensión con una suficiencia pasmosa, con magníficos ángulos que captan hasta la más mínima luz que pueda alentar el pensamiento del espectador de una u otra forma mientras observa la escena, y con la música de John Williams adornando el espectáculo de una manera prodigiosa. El "The People´s House" es sin lugar a dudas uno de los mejores temas para película que unos oídos han podido escuchar en muchos años".

Pero lo que escapa a cualquier análisis y debe quedar fuera de toda crítica de la película es la actuación, si se quiere seguir utilizando ese término, de Daniel Day-Lewis como Abraham Lincoln. Lo de actuación va porque no actúa; él es Lincoln. Él anda como Lincoln, él se sienta como Lincoln, él mira como Lincoln, él agita las manos como Lincoln, él se enfada como Lincoln y él es Abraham Lincoln. Incluso cuenta las anécdotas tan increíbles que según el testimonio de muchos tras el paso de los años le gustaba contar al Presidente. Ya no es el parecido físico, porque es innegable que es idéntico, sino la naturaleza de su caracterización. Parece mentira que estuviese año y medio para buscar el tono y la voz rota del propio Lincoln y que sufriese dolores insoportables en los tobillos para imitar su forma torpe y cansada de andar. Hay que exagerar. Daniel Day-Lewis es de los mejores (el mejor) actores vivos que existen, sin ningún género de dudas.

"Lincoln" es una película que no defrauda si se quiere disfrutar del regalo divino en forma de actor que es Daniel Day-Lewis, que no contenta del todo si se quiere seguir alucinando con la mano de un director consagradísimo como es Steven Spielberg, que enamora si se quiere oír una música presidencial, épica y con evidentes tintes de historia americana como la que aporta John Williams, y que incomoda en su transcurso argumental al espectador ignorante en historia americana por el mero de hecho de contar lo que pasó, pero quizá esto no sea culpa de "Lincoln" o de Spielberg, sino de ti, que fuíste al cine sin saber quién se enfrentó en la Guerra de Secesión, sin saber que fue la Decimotercera Enmienda, o sin saber lo grande que fue Abraham Lincoln, aunque esto último, si no lo sabes, sí que es culpa tuya seguro.
BruceDKWayne
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