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España España · Galicia
Voto de Sandris:
8
Drama Nadie espera a Amador cuando sale de la cárcel tras cumplir condena por haber provocado un incendio. Regresa a su casa, una aldea perdida de las montañas lucenses, donde volverá a convivir, al ritmo sosegado de la naturaleza, con su madre, Benedicta, su perra Luna y sus tres vacas. (FILMAFFINITY)
16 de abril de 2020
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En medio de un aura crepuscular descubrimos una historia tan antigua como el mundo: la destrucción de la naturaleza; bien sea talando árboles como al inicio de la película o bien con el incendio final que lo arrasa todo. Esta atmósfera grisácea envuelve el entorno manifestando el dolor por todo el pasado perdido, metamorfoseado con la destrucción del medio natural. En el epicentro del drama se encuentran Amador y Benedicta. Amador vuelve a casa tras cumplir condena por desencadenar un incendio, con lo que eso supone en un pueblo pequeño en el que todos se conocen y no tiene ninguna oportunidad. Su madre Benedicta, un alma frágil que se pierde entre tanto verde, trata de recuperar a su hijo, aunque presienta que nunca ha vuelto del todo. Ambos son seres solitarios que hacen de los árboles y los animales sus compañeros y su abrigo. Seres terriblemente frágiles que parecen desentonar entre todos los vecinos, como si fuesen almas penitentes que no terminan de encontrar su lugar entre las personas. ‘O que arde’ es un cuento épico que se asemeja más a un poema visual que a un film. La belleza de las imágenes, la fotografía y el paisaje se enmarcan perfectamente contrastando con la destrucción que le sigue. Un cuadro maravilloso para una historia que, desgraciadamente, sufre Galicia año tras año.
Luchar contra un incendio es el equivalente a luchar contra uno mismo, porque todos somos un poco pirómanos en este mundo; consumimos, destruimos y arruinamos el medio sin descanso. En definitiva, este fuego hipnótico y terrorífico, que Oliver Laxe esperó pacientemente para poder filmar un incendio real, cierra el poema de forma perfecta. Lo cual me ha traído a la mente un breve poema de Celso Emilio Ferreiro que ejemplifica bastante bien el mensaje de la cinta:

“Pode o corpo ser vencido, / pode o dereito ser torto, / mais o lume que alampea, / mais o lume que alampea / xamais o veredes morto.” (“Puede el cuerpo ser vencido, / puede el derecho ser torcido, / pero el fuego que relampaguea / pero el fuego que relampaguea, / jamás lo veréis muerto.”)
Sandris
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