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España España · Innisfree
Voto de Álex:
8
Drama Adaptación de un libro de John Carlin (Playing the enemy). En 1990, tras ser puesto en libertad, Nelson Mandela (Morgan Freeman) llega a la Presidencia de su país y decreta la abolición del "Apartheid". Su objetivo era llevar a cabo una política de reconciliación entre la mayoría negra y la minoría blanca. En 1995, la celebración en Sudáfrica de la Copa Mundial de Rugby fue el instrumento utilizado por el líder negro para construir la unidad nacional. (FILMAFFINITY) [+]
31 de enero de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas palabras salen de mis labios que puedan hacer juicio a un actor que ha alcanzado la cima de sus interpretaciones y para hablar del que no solo es probablemente el mejor director vivo junto a Allen o Scorsese, sino que es uno de los más grandes que ha dado la historia.

Esta emocionante película nos muestra principalmente dos cosas, la primera es para darnos cuenta de que Eastwood no solo sabe dirigir películas oscuras, tristes o desesperanzadoras; la segunda es para mostrarnos lo gran actor que puede ser Morgan Freeman cuando le dan grandes papeles que puedan hacer justicia a alguien de su calibre. 'Invictus' es como un regalo dirigido a Freeman para marcarse una de sus mejores interpretaciones. Matt Damon, que cada vez consigue tener más renombre, se convierte en la película en uno de los secundarios más destacables del año demostrando que es uno de los mejores actores jóvenes y que quizá dentro de unos años pueda ser de los más grandes, el tiempo lo dirá.
La historia de la película se basa principalmente en el mundial de rugby de 1995 y en su relación con Nelson Mandela, cuando ambos sirvieron para acabar con los conflictos raciales y la segregación en Sudáfrica, cuando gracias a este influyente presidente y a este deporte, las personas dejaron de distanciarse por el color de su piel, y se unieron para apoyar a su equipo.

'Invictus' no es una de las obras maestras de Eastwood, pero es una película muy buena y muy destacable en un año cinematográficamente malo. Es una película hecha con aprecio a una persona bondadosa e influyente. Y que Freeman se lleve todos los premios que le otorguen y más, porque este desaprovechado actorazo se lo merece absolutamente. Aquí Freeman no ha interpretado a Mandela, se ha convertido en él.

"Doy gracias al Dios que fuere por mi alma inconquistable, soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma."
Álex
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