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España España · Donostia-San Sebastián
Voto de Keichi:
7
Comedia. Drama. Romance Tras cinco años de matrimonio y un hijo, Antoine Doinel y Christine se divorcian. Él trabaja como corrector en una imprenta y está enamorado de Sabine, empleada de una tienda de discos. Un día se encuentra allí a Colette Tazzi, la joven de las Juventudes Musicales que conoció en “Antoine y Colette” y que fue su primer amor. Encuentra también a otros conocidos, como Monsieur Lucien, ex-amante de su madre, y a todas las mujeres que han ... [+]
8 de septiembre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El amor en fuga se concibió como una despedida. Consecuentemente, la última película de Antoine Doinel es una mirada nostálgica al pasado del protagonista. Al tiempo que su matrimonio con Christine (Claude Jade) termina en divorcio amistoso y hay una nueva mujer en su vida (Dorothée), regresan a escena fantasmas del pasado como Colette (Marie-France Pisier) o el amante de la madre de Antoine. Aprovechando esta circunstancia, Truffaut introduce escenas de otras películas de la saga a modo de flashbacks, repasando toda su trayectoria. Aunque el film sea una verdadera retrospectiva para el disfrute de los seguidores incondicionales del personaje, no esconde un cierto componente elegíaco. El hecho de que algunas de estas escenas recuperadas fueran eliminadas de los montajes finales es muy significativo, del mismo modo que se recompone esa fotografía hecha pedazos.

Evidentemente, vuelven a sonar las composiciones de Georges Delerue -prologadas por una estupenda canción de Alain Sauchou- y la fotografía del film corresponde al insustituible Néstor Almendros. Aunque el final de El amor en fuga parece cerrar definitivamente el ciclo de Antoine Doinel, es una incógnita si se trata de un adiós en toda regla o deja una puerta abierta al futuro. Nunca lo sabremos. Mejor quedarnos con ese desenlace romántico en el que la vida todavía puede deparar sorpresas al corazón. ¿Quién puede conjeturar qué nuevas aventuras nos hubiese deparado la travesía vital de Antoine si Truffaut no hubiese fallecido aquel fatídico 21 de octubre de 1984, a la prematura edad de 52 años? Ambos formaban un ser indivisible, un espejo único de sueños e inquietudes en el que cineasta y personaje se diluían. No podía ser de otro modo: Truffaut se llevó a su creación a la tumba.
Keichi
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