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Voto de seagal4ever:
5
2,7
684
Acción. Terror. Thriller
La mayor parte de la población del planeta ha sido infectada por un mortal virus, convirtiéndose en salvajes seres, mitad zombies mitad vampiros. En su huida, seis supervivientes serán auxiliados por el cazador Tao y su equipo, antes de que la zona sea bombardeada por el ejército. (FILMAFFINITY)
15 de junio de 2010
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nuevo directo a DVD de Seagal. Lo que invariablemente nos lleva a preguntarnos: ¿nueva patraña? Pues, para mi sorpresa, y contra todo pronóstico, tengo que reconocer que el filme ha colmado sobradamente mis expectativas. Esperaba algo absolutamente casposo y carente del más mínimo sentido de la lógica y de la decencia, sin embargo me he encontrado con un interesante ejercicio de estilo por parte de un director que merece ser considerado como tal (todo lo contrario que esa panda de ineptos que suelen encargarse de la dirección de los últimos filmes de Seagal como Michael Oblowitz o Michael Keusch, terroristas de la imagen como me gusta llamarles).
La trama se centra (o al menos eso pretende) en los intentos de un grupo de individuos por lograr escapar de un hospital semiderruido que se ha convertido en una trampa mortal toda vez que ha sido ocupado por los temibles infectados, una especie de mezcla entre vampiros y zombies fruto de una peligrosa enfermedad que se ha desatado. Entre todo el caos surgirá la figura de un hombre, Tao, que se dedicará a poner las cosas en su sitio a base de bien (léase espadazos a diestro y siniestro contra todo aquello que no parezca humano, ya se trate de hombres, mujeres o niños).
La primera media hora del filme me parece algo bastante cercano a una tomadura de pelo. ¿Dónde demonios está Seagal? En todo ese rato tan solo aparece fugazmente paseando tranquilamente por los pasillos del hospital con su tropa. De hecho en más de una ocasión ni siquiera es él mismo el que anda, sino que es un doble: demencial. Ya necesita dobles hasta para caminar...
La trama se centra (o al menos eso pretende) en los intentos de un grupo de individuos por lograr escapar de un hospital semiderruido que se ha convertido en una trampa mortal toda vez que ha sido ocupado por los temibles infectados, una especie de mezcla entre vampiros y zombies fruto de una peligrosa enfermedad que se ha desatado. Entre todo el caos surgirá la figura de un hombre, Tao, que se dedicará a poner las cosas en su sitio a base de bien (léase espadazos a diestro y siniestro contra todo aquello que no parezca humano, ya se trate de hombres, mujeres o niños).
La primera media hora del filme me parece algo bastante cercano a una tomadura de pelo. ¿Dónde demonios está Seagal? En todo ese rato tan solo aparece fugazmente paseando tranquilamente por los pasillos del hospital con su tropa. De hecho en más de una ocasión ni siquiera es él mismo el que anda, sino que es un doble: demencial. Ya necesita dobles hasta para caminar...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Al margen de la ausencia sistemática del bueno de Seagal, la trama se centra en presentar someramente a todos los personajes y sus conflictos. Si bien se trata de personajes sosos hasta decir basta, reconozco en ellos una cierta profundidad, leve eso sí, pero no son tan vacíos y vacuos como pudiera parecer (para una película de Seagal, me refiero...).
Tras esa tediosa media hora de metraje la cosa por fin se anima, y de qué manera. Casi no podía dar crédito mientras lo veía. La llegada del señor Seagal al cotarro marca el punto de inflexión de la película y por fin comienzan los mamporros y las decapitaciones varias. El nivel de explicitud de la violencia es estratosférico, algo que afortunadamente siempre se mantiene a la altura de las circunstancias en cualquier filme de Seagal, pero en este caso es aún más desproporcionado por el simple hecho de enfrentarse contra vampiros-zombies.
Las escenas de acción son, sorprendentemente, intensas. Parece ser que por fin alguien se ha dado cuenta de que Seagal está ya viejo y gordo y de que no puede repartir estopa como antes. ¿Solución? Darle una espada y que se ponga a cortar en pedazos a la gente. Parece una tontería, pero el hecho de que Seagal se dedique a trocear a vampiros hace que las escenas de acción no sean ridículas ni que tengan que estar usando a un doble todo el rato.
Pero si hay algo que me dejo a cuadros fue la presencia del compañero cazador de vampiros de Seagal: Tagart (interpretado por Tanoai Reed). Sinceramente, este tío está pidiendo a gritos que le den un papel protagonista. Una mole de persona que reparte hostias como hacía tiempo que no veía. Qué manera de matar vampiros y amputar cuerpos. Para mí ha sido el gran descubrimiento de la película. Y eso que al principio era bastante escéptico al respecto, cada vez que salía el personaje de Tagart me decía a mí mismo: "vamos a ver, yo he pagado por ver a Seagal repartir caña, no a ti". Pero después de ver sus capacidades me he tenido que tragar mis palabras, y a base de bien.
En fin, no hay mucho más que añadir. La película es bastante entretenida, sobre todo a partir de la media hora, y Seagal no parece arrastrarse tanto como lo hace en otros filmes recientes. De hecho hasta hasta algunas frases e intervenciones míticas. Desde luego que no es ninguna maravilla, faltaría más, pero al menos no es la bazofia a la que normalmente nos tiene acostumbrados. Además, se agradece sobremanera el hecho de que la historia gire en torno a vampiros, algo nada habitual en su selecta filmografía. Te doy el visto bueno, Seagal, pero no te despistes, que o mucho me equivoco o pocas pelis más te podré aprobar de ahora en adelante...
Tras esa tediosa media hora de metraje la cosa por fin se anima, y de qué manera. Casi no podía dar crédito mientras lo veía. La llegada del señor Seagal al cotarro marca el punto de inflexión de la película y por fin comienzan los mamporros y las decapitaciones varias. El nivel de explicitud de la violencia es estratosférico, algo que afortunadamente siempre se mantiene a la altura de las circunstancias en cualquier filme de Seagal, pero en este caso es aún más desproporcionado por el simple hecho de enfrentarse contra vampiros-zombies.
Las escenas de acción son, sorprendentemente, intensas. Parece ser que por fin alguien se ha dado cuenta de que Seagal está ya viejo y gordo y de que no puede repartir estopa como antes. ¿Solución? Darle una espada y que se ponga a cortar en pedazos a la gente. Parece una tontería, pero el hecho de que Seagal se dedique a trocear a vampiros hace que las escenas de acción no sean ridículas ni que tengan que estar usando a un doble todo el rato.
Pero si hay algo que me dejo a cuadros fue la presencia del compañero cazador de vampiros de Seagal: Tagart (interpretado por Tanoai Reed). Sinceramente, este tío está pidiendo a gritos que le den un papel protagonista. Una mole de persona que reparte hostias como hacía tiempo que no veía. Qué manera de matar vampiros y amputar cuerpos. Para mí ha sido el gran descubrimiento de la película. Y eso que al principio era bastante escéptico al respecto, cada vez que salía el personaje de Tagart me decía a mí mismo: "vamos a ver, yo he pagado por ver a Seagal repartir caña, no a ti". Pero después de ver sus capacidades me he tenido que tragar mis palabras, y a base de bien.
En fin, no hay mucho más que añadir. La película es bastante entretenida, sobre todo a partir de la media hora, y Seagal no parece arrastrarse tanto como lo hace en otros filmes recientes. De hecho hasta hasta algunas frases e intervenciones míticas. Desde luego que no es ninguna maravilla, faltaría más, pero al menos no es la bazofia a la que normalmente nos tiene acostumbrados. Además, se agradece sobremanera el hecho de que la historia gire en torno a vampiros, algo nada habitual en su selecta filmografía. Te doy el visto bueno, Seagal, pero no te despistes, que o mucho me equivoco o pocas pelis más te podré aprobar de ahora en adelante...