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Voto de John Dunbar:
7
Drama. Romance Es 1953, Kilian abandona la montaña oscense para emprender con su hermano un viaje a Fernando Poo, una antigua colonia española en Guinea Ecuatorial. Allí les espera su padre, en la finca Sampaka, donde cultiva uno de los mejores cacaos del mundo. En la colonia descubrirán que la vida social es más placentera que en la encorsetada y gris España, vivirán los contrastes entre colonos y nativos y conocerán el significado de la amistad, la ... [+]
2 de mayo de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con tan solo leer la introducción de la novela de Luz Gabás, adaptada posteriormente al cine con el mismo título, descubres que hay mucho de ficción y algo también de realidad. Su padre, el de Luz Gabás, es inspiración y punto de partida del relato que originaría después; es su historia personal, sus recuerdos, por así decirlo. De la misma tierra oscense de nieves y montañas, a las plantaciones de cacao de palmeras y tierras verdes en la isla de Fernando Poo. De ahí radica la hermosa antítesis que da nombre a la novela, razón que viene a bien saber y recordar.
La adaptación cinematográfica recrea con pulcritud desde otras coordenadas distintas a las mostradas, la Guinea de la España que daba sus últimos coletazos como colonialista. Una historia contada a través de dos épocas muy distintas: una, en el presente, con el personaje de Clarence (Adriana Ugarte), quien, queriendo saber de su pasado, abre la caja de Pandora para revelarse ésta como un puente entre ambas. La otra, nos traslada a 1953, Guinea Ecuatorial; época de su padre y su tío, la de la España aún con colonias, la de las plantaciones de cacao y esclavos. Ésta última, con una exposición mayor en el tiempo, más trabajada, con mucha más diversidad de personajes y emociones.
Los vínculos temporales están bien entrelazados, aunque el tiempo de Killian (Mario Casas), Bisila (Berta Vázquez) o Julia (Macarena García), entre otros, ocupando el grueso del metraje, posee más magia, más fuerza y es más visceral en las relaciones que se crean entre los personajes, amalgama de sensaciones y sentimientos originados fruto, sin duda, del entorno de contrastes y culturas, de amores y odios, de vislumbrar la llegada de cambios. Interesante producción en lo estético, para lo bueno y lo malo, es una gran oportunidad para dejarse atrapar por una época y un lugar perfectamente ambientados del que poco o nada sabemos a decir verdad, de un tiempo que fue y ya no es ni volverá a serlo, lleno de personajes y situaciones que nos envuelven, en un drama romántico que sabe estar a la altura de su homónima novela.
Un viaje por el recuerdo, un viaje para descubrir la verdadera identidad, dos viajes de emociones conectadas.
John Dunbar
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