Tercer álbum de cromos de actores del cine de acción de ayer y de hoy -aunque sigue faltando alguno que otro por entrar a jugar el partido-, y tercer éxito, en mayor o menor grado, con el señor Stallone a la cabeza. Una saga ya de mercenarios en donde la historia poco o nada importa. Lo que más importa, al menos para quien tiene una predisposición absoluta a verlas, es ver que el viejo "Sly" y compañía se mantienen todavía en buena forma y son capaces aún de darse de mamporros y dispararse sin morir en el intento además, por supuesto, de autoparodiarse y por tanto reírse de sí mismos en alguna que otra ocasión.
En esta tercera entrega toca lidiar con un viejo amigo, ahora enemigo: "un tal" Mel Gibson. Todo un acierto como villano que será quien ponga a prueba la capacidad resolutiva del grupo de mercenarios.
Cualquier parecido con una película que resulte premiada en un festival o en los Oscars mismamente no es más que una mera coincidencia, por eso se las debe juzgar en la medida de lo que se debe esperar al respecto. Y lo que personalmente espero me lo dan y con creces: pura diversión y espectáculo.