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Voto de John Dunbar:
7
Ciencia ficción. Acción Desde el inicio de los tiempos Apocalipsis, el mutante más poderoso que ha existido nunca, era adorado como un dios mientras acumulaba los poderes del resto de mutantes convirtiéndose en un ser inmortal. Tras miles de años dormido, despierta en un mundo que no le gusta y por ello recluta un equipo, encabezado por Magneto, para acabar con toda la humanidad y crear un nuevo orden mundial. Pero el Profesor X, con la ayuda de Mística, se ... [+]
7 de agosto de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Confieso que por razones que ni yo mismo sabría decir, los X-Men son los superhéroes que más pereza me producen. No es que no me gusten. No es que no me divierta con ellos. Disfruto como un niño, uno más. Cuestión de sintonía tal vez, o tal vez, la causa haya que buscarla a expensas de la explotación de la gallina de los huevos de oro, quien trae consigo una dispersión de historias y personajes en el tiempo con la que se hace difícil lidiar, algo esto último, que no es ajeno ya al resto de franquicias de Marvel y DC. Será un poco de las dos cosas. Desde que los mutantes decidieron retroceder en el tiempo para que entendamos un poquito mejor su universo por una parte, y desde que a Lobezno, es decir, Hugh Jackman, se le adjudicaran definitivamente los galones de superestrella y pasara a ser algo independiente por otra, la serie ha cobrado brío, pero esas mismas sensaciones siguen estando ahí.

Después de 'Días del futuro pasado', en 'Apocalipsis' los términos diferenciales entre Magneto (Michael Fassbender) y el Profesor X (James McAvoy) se acentúan llegando a su punto álgido, convirtiendo así a los mutantes en dos facciones irreconciliables. La aparición en los cómics de En Sabah Nur, más conocido como Apocalipsis e interpretado por un irreconocible Oscar Isaac, era una tentación demasiado grande como para dejarla escapar. Esa tentación del semidiós prácticamente inmortal y venido de otro tiempo, ha sido aprovechada más que nunca dentro de la saga en virtud de potenciar a los dos bandos frente a frente. Hay un hecho que no se puede dejar escapar, un punto de inflexión bien servido para la empatía sobre alguien a quien no nos tienen acostumbrados, ese momento de puro drama en la vida de Erik Lehnsherr. Mucho antes de que éste se convirtiera en Magneto y todo aquello que representaría, existe una explicación, un porqué de las cosas. Y ahí es donde entra en escena para compartir su aflicción Apocalipsis, ese tótem mutante, casi mesiánico, recuperado para la causa reclutando a algunos de los muchachos con poderes que se encuentran en una situación, digamos, particular. Asociales, marginados o afligidos. Diferentes, incluso dentro de los diferentes. La oportunidad perfecta para que un ser como Apocalipsis dé cobijo bajo su ala y poder obtener de manera más fácil sus oscuros intereses (sin duda, son múltiples las analogías que en otros contextos tiene con la vida real).

El siempre posicionado del lado del bien Profesor X, acompañado de Mística (Jennifer Lawrence) y Bestia (Nicholas Hoult), entre otros, como es de esperar, tratarán de oponer resistencia y convencer a los subversivos de su error en la ayuda de la destrucción del mundo. Al final y en resumidas cuentas, todo se convierte en una guerra por la supervivencia de la especie humana; una guerra, salvo por algún momento de menor repercusión, a la que no hemos sido invitados como especie a salvaguardar, cosa que ha de anotarse en el haber de la película. Este error que hace que apenas estemos incluidos ni como una mera comparsa, no altera, no obstante, ningún propósito, gracias a ese gigante grisáceo llamado Apocalipsis con quien se pone toda la carne en el asador. Desde luego, ni por eso, ni por un evidente esmero en proteger la acción por encima de los buenos diálogos en muchos momentos, su éxito se ha visto salpicado.

El dispendio de destrucción, o sea, la aventura lúdica en la ficción, se vuelve a servir sin grandes empachos.
John Dunbar
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