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Voto de John Dunbar:
6
Animación. Comedia Basada en la colección de videojuegos "Angry Birds", la historia se desarrolla en una isla poblada por aves felices que no vuelan. En este paraíso, Red, un pájaro con muy mal genio, el veloz Chuck y el volátil Bomb nunca han terminado de encajar. Pero cuando llegan a la isla unos misteriosos cerdos verdes, serán estos tres marginados los que averigüen qué traman los extraños visitantes. (FILMAFFINITY)
30 de octubre de 2018
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Debido a la simpatía que despiertan sus personajes se hace más fácil omitir la repetición de una fórmula vista una y mil veces. Por fortuna, los más pequeños, el principal objetivo, no serán conscientes de que para alcanzar el propósito que pretende de servir de influencia de valores positivos como el ensalzamiento de la amistad, cree como necesario pasar previamente por hacer de sus personajes un mundo de personalidades cuadriculadas, sin margen para la improvisación o para cualquier cosa que no haya sido milimétricamente calculada con anterioridad. Cae en esa tendencia tan frecuente que hasta el único al que dejan volar con libertad es al mismo al que castigan por ello, primero con la exclusión social y segundo con el proceso de reconducción de la conducta. Felizmente, rectifica en parte y a tiempo (gracias al curso que le proporciona el propio argumento) y la convivencia de una comunidad (de pájaros) llena de maniqueísmos opta por ser menos encorsetada, con toda la sinceridad que le otorga el objetivo común.

La curiosidad viene en forma de enemigo. ¿A quién se le habrá ocurrido la singular idea de convertir a un animal como el cerdo en inspiración del mal? ¿Acaso se aprovechan de su apariencia torpe y bonachona para hacernos creer que son capaces de confabular y engañar a una pobre aldea de pájaros multicolores, que ni siquiera pueden volar? Pues sí. Con mucha gracia bobalicona ejercen de antítesis de la corrección y ponen patas arriba para bien esa sociedad tan almibarada.

Tiene mucha gracia ese pajarito llamado Red con su mala uva y sus contestaciones socarronas. Posee la misma nobleza de corazón que todos sus compañeros pero con la chispa que necesitan para salir del abotargamiento. También muchos de los divertidos gags tapan la previsibilidad de cuanto vamos viendo, que se puede pasar por alto tanto como su empeño orientado hacia el 'vivieron felices y comieron perdices'. La ternura que despiertan del primero al último y la jocosidad, hacen el resto. A fin de cuentas, es animación para toda la familia.
John Dunbar
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