Basada parcialmente en el caso real de Steven Stayner que permaneció secuestrado y sometido a abusos durante siete años a unos metros de su casa durante siete años, en las propias vivencias infantiles del director Derrickson y en el cuento de Joe Hill de igual título, resulta reconfortante que en 2022 alguien se anime a ser políticamente incorrecto como el director. La elección de Ethan Hawke como Grabber (aunque no coincide en nada con la fuente literaria) es acertadísima y logra dotar a su villano de la suficiente oscuridad como para resultar perturbador pese a no mostrar el rostro casi en ningún momento basando toda su actuación en el tono de voz y el lenguaje corporal. La incorporación de la máscara demoniaca es otro acierto al igual que las actuaciones de los protagonistas adolescentes. El propio Hill ha sido absolutamente elogioso con el filme que adapta su historia pese a no haber tenido participación alguna en la misma. Para los fans de Stephen King cabe destacar que la película está llena de referencias a la obra del célebre padre de Joe Hill.