Mi objetivo era no acostarme a dormir con la imagen de “La lapidación de Soraya M”( a propósito, buena denuncia y excelente película), entonces me pareció buena idea recurrir a un pastelazo ligero coreano, eso casi siempre me funciona muy bien (¡!) y me decanté por “Hello, Schoolgirl” entre una pequeña baraja de opciones.
Llevo ya un tiempito tratando de conocer y entender la cultura coreana por medio del cine; y pese a que Corea es un país desarrollado con orígenes bien particulares y el mío un país un tanto distante del progreso y con sus propias “causas”, me he encontrado con ellos en varias circunstancias de lo cotidiano, en la familia y la sociedad... he sentido que no somos tan distantes, tenemos espacios, personajes y situaciones comunes, pero eso sí, desde mi perspectiva la sociedad coreana es más tradicional y conservadora. Sin embargo, sí vi con asombro que la película se nos planteara como dos historias de amor, cuyo punto de tensión sería (?) la diferencia de edad, pero no la diferencia amplia que nos imaginamos, el film propone como diferencia de edad algo aproximado a una década (promedio de las dos relaciones protagonistas de la película), bien, a mi no me genera ningún tipo de curiosidad una diferencia tan pequeña, para mí no es diferencia, pero en todo caso sería interesante conocer cómo abordan esto los coreanos, qué perciben, ¿para ellos es un tabú?, ¿por qué?. Cuando leí la sinopsis de filmaffinity, me imaginé que se dibujaría con algún encanto pero también con profundidad, esto de la diferencia de edad, pero la película desperdicia este tema, no solo en análisis, sino también en las situaciones que pueden provocar drama y/o risa. A cambio, la película tiene la intención de querer dejar el mensaje acerca de la importancia de no ser cobarde, de arriesgarse y de persistir para alcanzar la felicidad, eso es claro, pero claramente la película se quedó en el intento, queda en insinuación. Otra insinuación que la película quiso hacer y en lo cual fue tímida, es en la soledad que produce la perdida de los seres queridos...Tímido y tibio también el film en la critica a la sociedad coreana, cuando esta señala a los hijos de padres divorciados, a las madres abandonadas y a los niños que crecen sin padres.
De otro lado, la historia y su desarrollo tienen sus características. Si de hablar de ritmos se trata, la historia arranca despacio y así es todo su transcurrir, incluso cayendo en puntos muertos (¡aunque yo no me dormí!). La historia es muy simple y quizás por eso a veces se hace larga. Sin embargo, hay que ver como las situaciones son construidas y desarrolladas por sus personajes de una forma muy natural, de esa forma en que cualquiera de nosotros nos podemos imaginar allí; es un romance casual, honesto y con unas gotas bien puestas de nostalgia. Tanto a la historia como a la película la favorece mucho la interpretación de los actores. Me gustó mucho la caracterización de la colegiala y de los dos hombres protagonistas, entre tanto que la caracterización de la mujer de 29 años es insípida y poco inspiradora. Pero bueeno...está bien...se hace necesario hablar del joven “Old Boy”. Ji-tae Yu, es un actor que no es identificado como un hombre hermoso, pero es imposible negar esa versatilidad que tiene para despertar ternura, dulzura, carisma, y confianza así como crueldad y amargura; es como si él lograra expresar con la misma audacia tanto el yin como el yang. Y en esta película no se queda atrás, expresa con su rostro, con su mirada y sus gestos mucha dulzura y carisma, siendo su personaje solo un chico bueno, que no es construido desde el guion para ser entrañable. Pero todos sabemos que el “joven Old Boy” no hace toda una película, se puede cargar sí mucha taquilla y cumplir con el objetivo del negocio, pero la película se queda corta en muchos aspectos que hubiera podido utilizar y que desperdició, a tal punto, que, aunque tenía muchos puntos que explotar, lo que trasmite es que se perdió dando la sensación que se pasó de ligera. Y es por eso que mi valoración es de 5, y supongo que pudo ser menor y no lo fue gracias a que cumplió con mi objetivo: pasar un rato ameno, tierno y sin escenas chocantes.