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España España · Sevilla
Voto de Musiczine:
6
Drama La víspera del día de Navidad, un ciclista es atropellado de noche por un lujoso todoterreno. El desgraciado accidente cambiará el destino de dos familias: la del millonario Giovanni Bernaschi, un especulador financiero que ha creado un fondo que ofrece un 40 por ciento de interés anual, atrayendo y esquilmando a los crédulos inversores, y la de Dino Ossola, un ambicioso agente inmobiliario cuya empresa está al borde de la quiebra. (FILMAFFINITY) [+]
30 de abril de 2015
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando todo el mundo daba por seguro que la sobrevalorada LA GRAN BELLEZA iba a imponerse arrolladoramente en la última entrega de los pasados David di Donatello, el galardón más importante dentro de la cinematografía italiana, saltó una morrocotuda sorpresa. A Paolo Sorrentino le aguó la previsible fiesta Paolo Virzi. Nada más y nada menos que siete premios recogió EL CAPITAL HUMANO, entre ellos el de Mejor Actriz y, el más importante, el de Mejor Película. Una vez vista, cabe decir que, pese a que quien esto escribe considera desorbitado el reconocimiento recibido por la ampulosa y excesivamente deudora del universo felliniano obra de Sorrentino, EL CAPITAL HUMANO no merecía descabalgar a LA GRAN BELLEZA de los laureles a los que se la hacía candidata ganadora indiscutible. Fundamentalmente, el premio gordo de la noche.

EL CAPITAL HUMANO comienza su andadura narrativa situando al espectador en la observación de cómo el personal de servicio de un gran salón de actos acomete la tarea de limpieza tras un importante evento. La cámara se detiene en un camarero que, de pronto, decide que su jornada laboral allí ha concluido. Así se lo hace saber a un superior y, aunque éste expresa una cierta desaprobación, el camarero coge su bicicleta y se va del local. Noche helada, soledad en la carretera, súbitamente un adelantamiento de un coche propicia que el ciclista se salga de la carretera quedando muy malherido. El automóvil se detiene un momento, pero no baja nadie de él y emprende de nuevo su marcha. Un plano deja a las claras unos adhesivos situados en la parte trasera del coche. A continuación, la acción del film se traslada seis meses atrás. En un coche, un padre lleva a su hija hasta una mansión en la que vive el novio de ésta. En el momento de su llegada, sale a la calle la madre de éste, quien recibe con mucha alegría a la joven….

Desde ese momento, el despliegue narrativo urdido por Virzi para conformar la estructura interna del film precisa de tres capítulos: uno para cada uno de estos tres personajes, Dino, el padre, que llega a la mansión y queda impresionado por un lujo al que inmediatamente desea acceder a cualquier precio, la hija, Serena, que guarda un inusitado secreto, y Carla, la madre aristócrata, que huye nerviosa hacia un destino al que no sabemos si tendrá la fuerzas suficientes para hacer frente. EL CAPITAL HUMANO es un habilidoso film puzzle, en el que el cambio de punto de vista definido por el protagonista escogido dentro de cada segmento posibilita una información nueva al espectador. Cada uno de los personajes convocados en esa breve escena de mañana acude a ese instante con un posicionamiento que resultará esclarecedor según avanza la concatenación de acontecimientos referida en su capítulo.

El problema principal de EL CAPITAL HUMANO es que apuesta con demasiada soltura y apresuramiento la baza de su brillante estructuración narrativa. Estrictamente desde el punto de vista de la narración el film es deslumbrante por cuanto el suspense originado por la identidad del conductor que no baja a socorrer al ciclista que desencadena los hechos principales está conducido con un exquisito tacto dosificatorio. Pese a que el film sea de naturaleza episódica, el esfuerzo de Virzi porque cada uno de los tramos sea autónomo y, a la vez, vaya resituando los hechos vistos en el anterior, obtiene como resultado una solvente fluidez relatora y un estimulante interés enigmático.

Ahora bien, desde el punto de vista del mensaje oculto en el film, EL CAPITAL HUMANO pone en evidencia una serie de flaquezas. La película se quiere una especie de fábula contemporánea que habla de la grave crisis económica que estamos padeciendo: de cómo las veleidades, los excesos y las trampas cometidas por unos pocos codiciosos consentidos por el sistema han dado al traste con la dignidad de las menos poderosas clases inferiores, haciéndolas, a la vez, culpables y víctimas de un negociado en el que no han tenido ninguna posibilidad de participar. En ese sentido, cabe decir que sobre los tres episodios pesa el obstáculo contra el que suelen estrellarse la mayoría de estos films de carácter episódico: el de la irregularidad.

Resulta muy obvio que el primero, el que protagoniza el padre de la chica joven, es a todas luces caricaturesco en exceso. El guión abusa de licencias trilladas, exageradas e inverosímiles, sobre todo, si lo comparamos con el episodio siguiente (con diferencia el mejor del film), en el que, además, el espectador asiste a todo un recital interpretativo de esa asombrosa señora de la interpretación que es Valeria Bruni Tedeschi.

Este segmento persigue el silencio consciente, cobarde y, por tanto, infractor, de la esposa del multimillonario que hace vista sorda y acomodada a los desmanes que presiente a su alrededor. La insatisfacción de esta mujer parece venir de la consciencia de podredumbre que es capaz de alertar. Pero su falta de coraje terminará por ser tan corrupto como las maniobras de su especulador esposo. Finalmente, el episodio de la hija se sostiene con dignidad gracias a la voluntariosa implicación de la joven actriz Matilde Gioli, no por la escritura prestada que tolera un blando desenlace que en modo alguno casa con la impiedad de la diatriba lanzada por el relato en su globalidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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