Cuando el malo eres tú mismo y tus miedos, todo se vuelve en contra tuya. Hilarante de principio a fin y con unas interpretaciones por parte de Tyler Labine y Alan Tudyk más que acertadas en sus papeles de paletos. La película, dentro de lo que se pueda llamar género gore-comedia, le da de forma creativa e inteligente varias vueltas de tuerca al género slasher, eso sí, con todas las vísceras y sangre que se le debe al cine de esta rama. Muertes a doquier y risas que acompañan a cada una de ellas, por descabelladas y estúpidas. Estarían estas a la altura para aparecer mencionadas en la canción de Def Con Dos "Miedo a una muerte ridícula". Es un poco descafeinado el toque románticón, si bien es necesario para el desarrollo de la trama y de los sucesos que en ella se dan.En definitiva no deja de ser un torbellino de acontecimientos vistos con terror desde los bandos más inesperados y con una propuesta que ya de por sí hace que el espectador pueda esbozar la primera sonrisa que dará lugar a muchas carcajadas, y como he dicho, con sus litros de sangre y trozos de cuerpos, imprescindibles en el género gore, apareciendo siempre en las escenas más divertidas de la película.