Bien es cierto que me estoy adentrando poco a poco en el peculiar mundo de este interesante director, el cual cuenta con una extensa filmografía la cuál no era consciente hasta ahora.

Ahora bien, entrando en el producto a comentar, se nota que es una película trabajada y estudiada de lo que eran los famoso y antiguos guerreros japoneses que tanto cine nos han dado, con unas escenas de acción y lucha de espadas bastante convincentes (puede que en algunas incluso recuerde a la gran Kill Bill), con mucha violencia, sed de venganza, buenas actuaciones y mucha historia con algún toque de humor ligero.

Para los que les apasione el cine de samuráis no les va a defraudar, un producto muy interesante y disfrutable de ver, por lo que sin más preámbulos me subo al carro cinematográfico de Takashi Miike.