No voy a repetirme sobre todas las inconsistencias y contradicciones que ya se han mencionado aquí y que (afortunadamente) también empiezan a visibilizarse en las rrss tras la resaca y estupefacción que el film dejó en cuanto se estrenó. Tampoco negaré que, técnicamente, el documental es impecable: la música, las imágenes, las declaraciones más escabrosas sabiamente mezcladas con las fotos de cuando los denunciantes eran unos tiernos niños... Siendo muy fan de Michael Jackson, habiendo crecido con él como referente, me ocurrió lo que creo que a miles de personas después de ver esta cinta: me quedé en shock. Y es que la película está muy bien hecha, y creo que ese es el principal problema. Incluso para los que NO dudáis en absoluto de la veracidad de los hechos que en ella se narran, supongo que estaréis de acuerdo en que este filme está enfocado de forma, cuanto menos, capciosa y escandalosamente parcial. Creo que todos coincidiremos en que cualquier historia debe ser revisada desde todas las perspectivas, en este caso debería verse desde los dos puntos de vista directamente implicados: supuestos agredidos y supuesto agresor. Todos estaremos de acuerdo en que a ninguno nos gustaría que nos acusasen de algo tan grave, tan sucio, tan repugnante, y no nos diesen la oportunidad de poder defendernos. Es un ejercicio interesante que todos podemos probar: cerremos los ojos y, por un momento, pensemos en que el testimonio de dos personas es suficiente para hundirnos la vida porque esos testimonios van a darse por buenos sin posibilidad de réplica por nuestra parte. Ahora imaginemos que, en lugar de uno mismo, el difamado es una persona querida, un familiar, un hermano, un padre, y vemos que la mitad del planeta lo señala como abusador de menores cuando en vida salió absuelto de todos los cargos y cuando, además, ya no puede defenderse porque hace diez años que ha fallecido. A ninguno nos gusta que nos hagan juicios injustos y parciales... pero ¡ay!, cuando se trata de derrocar a un mito, de linchar al "rarito", cómo nos divertimos. Cómo nos gusta coger unas palomitas y contemplar el bochornoso espectáculo.

De acuerdo, Michael Jackson está muerto y no podemos obtener su versión. Ya que ese es un hecho que no puede cambiarse, vamos al menos a intentar enfocar la historia en su globalidad, y esto incluye observar la trayectoria de los dos presuntos abusados y sus familias, reconstruir cómo han llegado hasta aquí, contrastar si los hechos probados encajan con lo que dicen, en fin, un poquito de pensamiento crítico, nada del otro mundo. Se ha hablado mucho sobre los intentos infructuosos de, especialmente uno de ellos (Wade Robson) por cambiar su versión en el momento más oportuno posible para él, sus intentos de ser coreógrafo oficial del Circo del Sol a costa de MJ, sus intentos de publicar un libro y obtener ganancias a costa de MJ, sus intentos de denunciar por abuso a MJ cuando todo lo demás ha fallado... No sé. ¿De verdad nada en ese comportamiento os chirría? ¿Basta que te sienten en una butaca, te pongan una cámara delante, monten unas imágenes bonitas, te rodeen de una música evocadora, eches un par de lagrimitas y ya está, ya todo lo que digas es la verdad? Porque por aquí se habla mucho de "pruebas irrefutables" de los abusos de MJ hacia los dos protagonistas del documental, pero la realidad es que las únicas pruebas "irrefutables" son dos meros testimonios... ¿En serio? ¿Nos gustaría a cualquiera de nosotros que se considerasen pruebas irrefutables contra uno mismo el simple testimonio de otro, por muy deslumbrante que sea el envoltorio en el que viene?

Mis impresiones después de ver esta cinta, es que sí hay pruebas irrefutables, documentadas y ampliamente conocidas por todos, como son:

1. Que Michael Jackson no es que fuera rarito, es que era un tío raro de narices. No sé si ha existido o existirá un personaje tan estrambótico como él. Y hay una parte muy rastrera en nosotros como seres humanos desde nuestra más tierna infancia, y es que nos encanta hacer escarnio del rarito de la clase, del que es diferente, del que hace cosas que no se consideran normales por el resto. El linchamiento al que fue sometido Michael Jackson en vida no tiene nombre, todos fuimos testigos de su deterioro progresivo durante el proceso, y después de que aquellas acusaciones manchasen su trayectoria vital, ya no volvió a levantar cabeza.

2. Que era un divo, una estrella excéntrica y caprichosa, de lo cual podemos inferir una más que manifiesta inestabilidad emocional, con todo lo que eso conlleva; se rodeaba de gente de la que muy probablemente terminaba aburriéndose, y eso incluye a todo ese ejército de niños y a sus familias. No es de extrañar que, tanto la familia como el niño en cuestión se quedasen como "huérfanos" cuando MJ decidía apartarlos de su vida. Eran personas que se sentían especiales, tocadas por una varita divina, elegidas por el gran ídolo entre todas las personas del planeta... Personas que se acostumbraron a vivir una vida que no era la suya, una vida de ensueño, llena de lujo, diversión, viajes, aventura, admiración... Personas que vivían muy felices a la sombra de Michael Jackson y que le amaron profundamente mientras él fue generoso con ellos. Cuando se sintieron "reemplazados" (según sus propias palabras) por otros niños con sus respectivas familias, es cuando empiezan el dolor y el resentimiento. En el caso de Robson, además, está el hecho de que toda su familia quedó deshecha por las decisiones de la madre... Esa parte sí es para trabajársela con un psicólogo. Puedo entender que no sea plato de buen gusto que te hagan creer que lo vas a tener todo en la vida, que una estrella tan poderosa te prometa que siempre va a estar ahí, que te encumbren a lo más alto y que, al final, te des cuenta de que todo ha sido producto del capricho temporal de un genio. Y creo que por ahí van los tiros.