Este es el problema de una película histórica, que trata de Historia.

Si bien el director nos avisaba al principio de que había elementos dramáticos en su narración, bien se podría haber hecho una película histórica con datos reales, sin medias tintas ni medias verdades.

Se hace muy incómodo ver una película que no sabes lo que es cierto, y lo que es real. Los espectadores queremos disfrutar, no especular.

Por otra parte, un cura fumando opio y diciendo que el cielo cristiano es una "mierda" (como curiosidad tras la capitulación, dos frailes franciscanos españoles que habían permanecido junto a los sitiados, fray Juan Bautista López Guillén y fray Félix Minaya Rojo, permanecieron en Filipinas cumpliendo su misión evangelizadora en la clandestinidad, algo que me recuerda a la película "Silencio", pero que por supuesto no salió en la película), un desertor español que grita que no se lucha por España y un "a la mierda España" por parte de un alto mando totalmente gratuito hacia el final de la película. A parte de blasfemias repetidas (hoy es algo normal, pero es que en el S.XIX no lo era ni por asomo!) Por otro lado, ni un atisbo de patriotismo apenas en toda la película. ¡POR FAVOR! ¡Si la razón por la que estuvieron 337 días luchando fue eso, ESPAÑA!

¿Por qué se hace tan difícil hacer una película histórica en la que hay documentación de sobra (es un hecho histórico relativamente reciente) con datos reales y a partir de ahí dramatizar lo que se pueda? ¿Por qué el cine español tiene que tratar una gesta histórica del Siglo XIX con el infantilismo y el burdo antipatriotismo del siglo XXI al que nos tiene acostumbrados?

La Independencia Filipina de España fue anecdótica, pues apenas hubo muertos. Después llegaron los EEUU e hicieron una hecatombe, el llamado "genocidio filipino", en el que murió alrededor de un millón de personas (una sexta parte de la población) y los americanos hicieron atrocidades, por ejemplo matando a todo hombre o mujer mayor de 10 años (El General Jacob H. Smith dio esa orden tras una emboscada filipina). Pero no se preocupen, ya está TVE para financiar con todos nuestros bolsillos bodrios como este telefilme para echarnos guano del bueno encima de nuestro tejado y mancillar nuestra memoria colectiva.

Por otra parte, el deseo de Martín Cerezo de ser expulsado del ejército, es una locura, pues fue el único en recibir la Cruz Laureada de San Fernando ¿quién se cree eso?

En la película sólo se menciona a un extremeño. También hubo cuatro catalanes, y uno de ellos, Pedro Planas Basagañas, compuso el Himno de Baler (que por supuesto no es cantado en la película):

Somos del 2º nobles soldados, / dignos seremos del Batallón.
Siempre en la brecha nos encontramos / dando la vida por la nación.
Viva el monarca que nos gobierna. / Viva la insignia del Batallón.
Viva España la hidalga tierra. / Sea primero nuestro pendón.

La caricaturización que se intenta hacer de los soldados españoles que no saben disparar, imberbes, blasfemos, pesimistas (durante toda la película) y que les importa una mierda España (ni siquiera se menciona a la Casa Real) pero que aguantaron 337 días y acabaron con más de 700 tágalos hace que el espectador esté absorto ante un panfleto pseudo-histórico subvencionado de buenismo y correción política, un zafio intento de antibelicismo (y no, esto no es "La delgada línea roja") y y la verdad es que es una pena, porque el vestuario es más que correcto y la recreación de la Iglesia, poblado y emplazamiento bastante buena, podríamos haber estado ante una película decente con algo de esfuerzo, pero no.

Se me quedó cara de tonto cuando al final de la película tienen la jeta de decir que fue dedicada a "Los últimos de Filipinas".

Esta película nos debería hacer reflexionar y sacar una conclusión que sí que no ha cambiado desde 1898: Lo acomplejada que siempre estuvo nuestra clase política y esta película, es un fiel reflejo de ello. No se trataba de hacer un panfleto belicista y patriotero, sino de reflejar la realidad sin complejos, y dramatizándola en su justa medida pues aquí todos sabemos que es una película, no se trata de ser más papistas que el Papa.

Y si señores, no hacía falta hacer una película como esta, pues ya lo digo yo: A la mierda España.