Si el querido tío Walt levantara la cabeza y viera esta película, estaría orgulloso de firmarla y de filmarla.

Adelanto ya, sin ningún tipo de rubor, que me parece una magnífica película de animación a la que no hay prácticamente nada que reprochar, y lo que es más, una magnífica película a secas.

103 minutos de deleite continuado, sin altibajos y sin rellenos que te deja pegado a la butaca durante todos y cada uno de sus carísimos segundos, independientemente de la edad que tengas, o que quieras tener.

Hablamos de un cuento de Hans Christian Andersen: "La Princesa de Hielo", adaptado por el gigante de la animación con todas sus licencias habituales, y convertido en un espectáculo a todos los niveles.

Un cuento clásico convertido en un nuevo "Clásico" de la Disney, con todo lo bueno que ello implica. Posiblemente la película más "Disney" desde "La Bella y La Bestia", con todo lo bueno que ello también implica:
-una historia perfectamente narrada,
-un guión impecable,
-animación rozando la perfección,
-espectacularidad,
-riqueza de detalle,
-personajes con alma, personalidad y lujosamente diseñados,
-escenas coreografiadas al milímetro,
-montaje con más efectividad que efectismo,
-banda sonora majestuosa....
-y una vuelta al musical sin complejos; al musical con mayúsculas.

Hace tres años, la multinacional intentó recuperar esa magia de los clásicos más clásicos con "Enredados". El resultado fue satisfactorio; la película buena; la acogida más que aceptable, pero paradójicamente, aún no estaban listos para soltarse la melena, y no llevaron el cuento tan lejos como debería haber llegado. Fue un buen intento y abrió el camino para la que nos ocupa hoy, pero no consiguieron crear un "Clásico".

El año pasado se fueron por otros derroteros y nos regalaron una obra maestra que fue "Rompe Ralph", aunque dudo que llegue a convertirse tampoco en un clásico.

Este año han dado de lleno en la diana. Han utilizado todas sus armas y todos los ingredientes que tantas veces antes les han funcionado.
No se han repetido, ni se han autocopiado. Han creado na historia actual sin caer en esteotipos políticamente correctos ni en ñoñerías (o casi).
Han puesto todos los medios técnicos y artísticos imaginables hoy en día al servicio de esa historia, y han hecho lo que siempre ha hecho Disney en sus grandes películas: poner la historia por encima de todo lo demás.
Eso es lo que ha hecho grandes a muchas de sus películas antes, y eso es lo que hace grande a esta.

Esta capacidad narrativa se desvela ya en sus primeros cinco minutos, que es cuanto necesitan para contarte en imágenes y canciones todos los elementos que dan lugar a la trama, la personalidad de los protagonistas, sus motivaciones, interrelaciones y el tono de toda la película.

Hay diálogos inteligentes escritos para los adultos, que pueden entender hasta los niños más pequeños. Éstos disfrutarán como lo que son: enanos, pero seremos nosotros quienes saquemos todo el jugo a este espectáculo.
Hay personajes cómicos y entrañables creados para ellos, pero también infinidad de matices para deleite de quien sea capaz de ver algo más que un entretenimiento animado y de premio un guión desarrollado con la meticulosidad de un relojero para los que vayan aún más allá. La película es capaz de convencer y entretener igualmente a todos estos niveles y subniveles.

Tiene un inspirado e irónico sentido del humor que te dibuja una sonrisa de complicidad durante todo su metraje. Además de arrancarte alguna que otra carcajada.

Tiene personajes con más carne y más hueso que muchos de los que se llaman "actores de verdad". Capaces de transmitir y de actuar, incluso cuando se mantienen en segundo plano.



Tiene esa escena memorable de todas las grandes películas Disney (como la muerte de Mufasa en "El Rey León"), que no voy a desvelar por no caer en el "spoiler": en el momento de máxima tensión, recurren a un silencio que te hiela la sangre durante no sé cuantos interminables segundos en que no se escucha ni un suspiro en toda la sala. Sólo por ese momento, ya merece un hueco en la historia del cine. Y es aquí también donde nos vuelve a dar una lección de cómo se debe utilizar la música (magnífica banda sonora de Christophe beck), precisamente al no utilizarla.

Además, como dije, supone la vuelta al musical, el bueno, el que utiliza las canciones para hacer avanzar la historia en vez de entorpecerla. Buenas canciones, por cierto, aunque aún no he tenido la suerte de escucharlas en su versión original.
Sin quitarle nada de mérito, además ha tenido la suerte de estrenarse en un año prolífico en producciones animadas, pero con unos resultados cuando menos dudosos. Con lo cual destaca doblemente aunque sólo sea por comparación.

No se me ocurre nada que reprocharle, salvo quizás esa perfección técnica, que a veces me hace añorar aquella animación artesana e inspirada de los grandes maestros...pero eso es ya por tocar un poco las narices.

Lo mejor de esta película es que nos devuelve la esperanza de recuperar los grandes clásicos de Disney, sin renunciar a una evolución lógica de los mismos y una adaptación a los nuevos tiempos. En vez de cerrar caminos, reabre otros nuevos.

P.D.: esta vez, sí la recomiendo en 3D.

Si aún os parece poco lo que se os ofrece por el precio de la entrada, completa el programa otra joyita que es el cortometraje "get a Horse". Un homenaje a Mickey en su 85 cumpleaños, combinando el mágico blanco y negro de sus comienzos con las técnicas más avanzadas de animación, y recuperando a muchos de sus compañeros originales.

Un planteamiento sencillo y efectivo, como lo eran aquellos cortometrajes magistrales de la prehistoria de la animación.
sencillamente delicioso.